47. ❝¿Te incómodo?❞

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—Ayer tuve la conversación más extraña e incómoda de toda mi vida. —Confesó Geno. —Enserio, ni cuando mi mamá me dio "la platica". —Rio desenrollando el libro en sus manos sin dejar de fijarse en los ejercicios que Reaper estaba resolviendo frente a él. 

Nuevamente estaba en su casa estudiando coreano. La seriedad con la que se tomaba el idioma hacía que Geno realmente se sintiera apreciado. 

— ¿Ayer? —Preguntó sin levantar la mirada. — ¿Se vieron ayer?

—Estaba esperando al camión y me lo encontré ahí. Dijo que iba a recoger a su hermano a casa de un amigo suyo. 

—Hm. ¿Esto se escribe así? —Señaló. 

—Sí. 

—Bueno...— Siguió escribiendo. — ¿Y qué te dijo?

— ¿Blard? 

—Sí.

—Ah, le estaba diciendo que iba a ir a la Ley a comprar unas cosas y de repente me preguntó que si qué pensaba de los gays. —Reaper dejó de escribir quedando completamente estático. —Pero, wey, se puso bien intenso. Me dio un chingo de miedo. Pensé que me iba a navajear o algo. —Carcajeó. —Y yo le dije que nada, que me valía verga, porque la neta es verdad. Cada quién con su vida, ¿no? Pero luego me dijo: "¿Y si se te declaran?" Y yo como "ay wey, 'ta potente el asunto". —En ningún momento Reaper dejó de aparentar estar escribiendo, pero en realidad solo estaba haciendo círculos en la página. El corazón se le estaba saliendo. — ¡Y te lo juro, si hubieras sido yo en ese momento también lo hubieras pensado! —Rio. —Pero, pensé que se me estaba declarando y yo todo pendejo le dije "wey, no soy gay, no me gustas." Y el bato se puso a gritarme que yo no le gustaba ¡jajajaj! Quedé. 

Finalmente, Reaper lo miró directamente mientras seguía contando su anecdota. —Pero me siguió insistiendo, tipo "¿No saldrías con un chico ni aunque te tratara bien?" y yo "¡wey, ya, me das miedo!" —Carcajeó un par de veces más antes de darse cuenta de que el pelinegro lo miraba. — ¿Ya acabaste? 

—...No. —Murmuró volviendo a bajar la cabeza.

—De todos modos, ¿qué se hace cuando se te declara alguien de tu mismo sexo? Yo probablemente lloraría. —Reaper sujetó la pluma fuertemente.

— ¿Por qué?

— ¿Hm?

— ¿Por qué llorarías?

— ¡Qué miedo! —Exclamó dejando a Reaper conmocionado. — ¡Ya de por si rechazar a alguien es incómodo, imaginate si fuera un hombre! 

Reaper volvió a elevar la mirada, esta vez con más seriedad reflejada en su rostro al punto en que el asiático perdió la gracia del tema. 

—Me gustas. —Confesó. 

—...— Geno tardó en procesarlo correctamente, formulando una expresión de fastidio, resoplando al tiempo que rodaba los ojos. —Basta, no es gracioso. 

— ¿Te incómoda?

— ¡Acabo de decirte que sí! 

— ¿Qué te incomoda? ¿El tema o yo? 

— ¿Eh? 

—Soy gay. —Soltó dejando a Geno boquiabierto. —Soy gay y me gustas desde el año pasado, ¿qué hay con eso? ¿Crees que es incómodo? ¿Te doy miedo? — El asiático estaba tan sorprendido que podía ver claramente la redonda iris plateada en su ojo. Aun así, seguía sin creerlo. 

—Ok, ya, no es gracioso. —Regañó Geno enrollando el libro con sus manos. 

—Nunca dije que fuera gracioso. —El albino se levantó de la cama enfadado. — ¿Qué? ¿Te doy miedo, te incómodo o es asco?

— ¡Jamás dije que me dieran asco! —Exclamó con frustración, apretando el libro en sus manos y siguiendo el pelinegro con la mirada mientras se ponía de pie dejando los libros de estudio sobre la cama. —Pero...¿por qué te enfadas conmigo?

Reaper sintió un nudo en la garganta e incluso veía claramente como el asiático se distorsionaba por las lágrimas acumuladas en sus ojos. —Porque a mi gustas, pero parece a ti te hace mucha gracia.

—No he dicho que me diera gracia. —Respondió casi en un susurro lastimero. —...

—Ustedes...estaban prácticamente estaban hablando de mí...—Se llevó las manos a la cara para secarse los ojos después de mirar hacia otro lado. — ¿Mis sentimientos te dan mucha risa? —Geno estaba atónito, ¿qué diablos estaba pasando? Estaba muy nervioso, no sabía cómo responder, ¡por supuesto que no le hacía nada de gracia los sentimientos de Reaper...!

—N-No...No llores...—Suplicó. 

— ¿Hm? ...¿Te estoy incomodando? — Geno jadeó desesperado.

— ¡No! No es por eso, e-espera, solo deja que- 

— ¿Te gusto? — Geno tembló, la pregunta lo asaltó en el momento en que la ansiedad lo estaba consumiendo. La voz llorosa de Reaper le ponía la piel helada. 

—...Es que-

—Solo dime si te gusto o no. 

—...— A Geno se le atoraron las palabras en la garganta, sus ojos estaban tan llenos de desesperación y tristeza que se transformaron en gotas de agua salada. Suponía que eso era todo. Iba a dar el veredicto final de su relación—: ...Lo siento. N-No me gustas...de esa forma. 

—...— Vio a Reaper, que estaba dándole la espalda, asentir varias veces y volvió a tomar la palabra en un acto desesperado para impedir que se fuera, pues el chico no dudó en tomar su mochila. 

— ¡Espera! ¡No significa que no me agrades, de verdad! — Se paró en medio de Reaper y la puerta tratando de entorpecerle el camino y al mismo tiempo hacer que soltara la mochila. — ¡Escucha, escucha, lo juro, no lo sabía, si hice que te sintieras ofendido, lo siento, perdón, no sabía! 

—Deja que me vaya. — Pidió tomando el pomo de la puerta tratando de girarla, pero incluso si lograba hacerlo no podría abrir considerando que Geno estaba entre la puerta y su cuerpo.

—No, no, escucha. — Suplicó poniendo su mano sobre la de Reaper para que no girara la perilla. —H-Hay que sentarnos un momento, por favor. —El más alto se inclinó sobre Geno, recargándose en él. El asiático cerró los ojos, tanto los labios como las manos le temblaban. —Por favor, habla conmigo. 

—Quiero irme a mi casa. —Lloriqueó Reaper. —Deja que me vaya a mi casa. —Geno lo pensó. Podía sentirlo temblar entre sus brazos, estaba demasiado sensible, no podrían tener una platica decente de ese modo. Tendría que ceder, pero con condiciones.

—Hablaremos después. —El mayor solo asintió. —Mañana, ¿está bien? —Reaper repitió su respuesta afirmativa desesperado por salir. —Te acompañaré a la puerta.

—No. —Se apresuró a decir. —Yo sé dónde está. 

—Pero-

—Solo quedate aquí. —Suplicó antes de salir del cuarto con la mirada en el suelo y la mochila casi arrastrando. 

Geno se quedó esperando en el pasillo hasta que escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse segundos después, fue entonces que su mente se desbloqueó y todas las emociones aprisionadas lo inundaron. 

Todavía no entendía nada, sentía que se había perdido partes de una película. Y no parte irrelevantes que no portaban nada a la trama, eran sumamente importantes y ahora había hecho creer a Reaper que minimizaba sus sentimientos por él. 

Casi sintió que el alma se le caía al suelo hasta que que escuchó una voz detrás suyo. — ¿Ya se fue? —Preguntó Error pegándole un susto a su hermano. — ¿Estas llorando? — ¿Estaba? 

Se tocó el rostro. En efecto lo estaba. —No le digas a mamá. —Murmuró antes de volver a encerrarse en el cuarto. 

¡No soy chino, soy coreano! ‖ AfterDeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora