28. ❝La mente de un tercero❞

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—Blard. —El chico pestañeó regresando a la realidad tan tarde que había perdido el semáforo en rojo para poder cruzar. —Blard. —Una mano se agitó frente a su rostro tan repentinamente que retrocedió de susto hasta chocar con el cuerpo de una pequeña criatura.

—A-Ah, perdón. —Exclamó alcanzando a tomar al niño antes de que cayera al piso y se golpeara.

—Blard. —El susodicho levantó la mirada.

—Geno, hola...—Dijo sacudiendo las ropas del niño. — ¿Vienen contigo? —Preguntó señalando al niño que había golpeado y al que apenas había notado junto a su amigo.

—Ah, sí, son mis hermanos. Él es Fresh y este es Error. —Ambos se inclinaron en una reverencia recitando al mismo tiempo:

Mannaseo bangabseubnida.

—...Sí. Eh, perdón Fresh, te pise hace rato.

—No pasa nada. —Respondió.

— ¿Qué haces? —Preguntó Geno. —Estaba en la tienda de allá y te vi parado aquí, te perdiste dos semáforos. ¿O estás esperando al pesero?

— ¿Qué? No. El pesero no pasa por aquí...Es que, venía pensando en otra cosa...

—Ah.

— ¿A dónde van ustedes?

—Traje a mis hermanos a desayunar y luego a la papelería porque a Fresh le gusta prestar sus cosas en la escuela y luego ya no vuelven.

—Ah, mira. Que mal...—Sonrió levemente. —Oye y....ya te llevas mejor con Reaper, ¿no? —El asiático se carcajeó.

—Medio ciclo escolar aguantando sus pendejadas, uno se acostumbra.

—Ajaja. —Rio sin ganas. —Sí, ¿verdad? Es buena onda...nomás que a veces se pasa...Pero él te quiere mucho.

—Ay, no mames, que joto se oyó eso, no digas esas cosas. —Blard lo miró carcajearse, no era la reacción que esperaba. ¿Se estaba...burlando? No, por Dios, era Geno. Podía estarse riendo de la vergüenza, pero aun así no aliviaba la molestia que le había causado su reacción. No era para que se riera.

—Ya me voy. —Dijo disimulando su molestia perfectamente. —Nos vemos el lunes.

—Ajá. —Geno le sonrió devuelta.

¡No soy chino, soy coreano! ‖ AfterDeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora