48. ❝No digas mamadas, meriyen❞

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Blard, acostado en el sillón, deslizó su pulgar sobre la pantalla pasando el video de TikTok cuando recibió una llamada repentina. Geno le estaba llamando, lo cual era raro porque nunca lo llamaba. 

— ¿Bueno? —Saludó, pero lo que obtuvo en respuesta no fueron más que llantos y frases inentendibles. —...

—Geuneun naleul joh-ahandago malhaessda! ¡Naneun geiga anigi ttaemun-e geojeolhaeyaman haessda! —Blard pestañeó varias veces seguidas tratando de ubicarse bien en el asunto. — ¡Geuligo geuneun tteonassda! 

—Espera, ¿qué-? 

—Geuneun na-ege hwanass-eo, nan hwagsinhae! 

—Geno. Yo no-

—Geuleona geuneun mueos-eul hal su iss-eossseubnikka?! —Stave, el chiquillo sentado en la mesa, se quedó con la cuchara en el aire con la leche y el cereal chorreando de ella al ver la cara de sufrimiento de su hermano en la sala. Era graciosa, pero también preocupante. 

— ¡Wey, yo no hablo coreano! ¡Hablame en español! —Exigió, pero solo obtuvo más sollozos cargados de sufrimiento puro. ¿Estaba hablando con Geno o lo habían llamado del mismo infierno? —...¿Geno? 

— ¿Por qué no me dijiste? —Sollozó. 

—Contexto, porfa. 

—...—Geno trató de tranquilizarse poco a poco antes de hablar. —Me dijo que le gustaba. 

— ¡...! —La boca de Blard de abrió en una O perfecta por lo que Stave concluyó que el chisme estaba bueno. —Espera, ¿qué le dijiste? 

—...Qué a mi no me gustaba. 

— ¿Y?

—Se fue de mi casa. —El castaño se llevó la mano libre a la cabeza manteniendo una sonrisa forzada, pero espantosa. 

—Y vendrán tiempos peores, dice la biblia. —Entonó Stave en el comedor. 

— ¡Cállate, tú ni vas a la iglesia, no digas mamadas! —Gritó Blard. 

¡No soy chino, soy coreano! ‖ AfterDeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora