Ella cumplía la mayoría de edad, jamás creí que fuera virgen, era un escéptico, pero la amaba, debo decir que bebí un par de veces en su nombre cuando cortamos y es que era perfecta, Delgada, alta, pechos pequeños que crecerían después de ser mamá haciéndose redondos, abultados y perfectos.
Teníamos una relación sana y como todos los jóvenes un tanto toxica, pero amábamos fajar, yo amaba sus besos su rostro era perfecto y con un lunar encima del labio que me excitaba demasiado. Era pequeño como un pequeño manchón.
Un día después de tanto hablarlo decidimos hacer el amor, ella espantada y nerviosa y yo... Yo siempre caliente, me gane el apodo de la antorcha humana, decían que porque con tocarme me prendía en todos los sentidos. Llegamos a mi casa, no había nadie y subimos a mi recamara.
Comenzamos con los besos, después de besar su boca me acerqué a lamer su oreja, sabía que le excitaba pero a ella le costaba tocarme. La desnudé. Le quité su blusa rosa y su brasier. Me detuve a mirar sus pechos y me imaginaba ver como se verían cuando arremetiera contra ella. Desabotoné su pantalón y la dejé así completamente desnuda e indefensa, o al menos así se veía. Ella se tapaba su vagina mientras yo me quitaba la ropa.
La recosté en la cama y mientras ella seguía cubriéndose su vagina y ahora sus pechos. Le quite la mano de su pecho y se la puse en mi rostro. Mientras quitaba la otra de su vagina y pegaba mi pene a ella. Se sentía un poco húmeda pero le hacía falta lubricación. Aun no era tan afecto a hacer orales. De hecho prefería que me los hicieran a yo hacerlos. Pero esta vez era diferente. Lamí su oreja después de besarla y baja con mis besos por su cuello hasta sus pezones. De pronto se levantaron y se pusieron tan duros. Un par de pezones que salían de sus pequeños pechos. Tenia que apretarlos con la mano para que salieran y pudiera sentirlos pero su piel era tan suave que no me importaba que recostada pareciera que no tenia pechos, de hecho me excitaba ver solo sus pezones firmes. Seguí bajando con mis besos por su estómago, su vientre y llegue al clítoris, lo lamí un poco para probar su sabor, me encantó, sabía entre a orina y dulce, dulce como su nombre.
Le levanté las piernas o comencé a lamer su vagina. No metía mis dedos ni nada, solo la lengua. Llegue a tocar la división entré la vagina y el ano sin probar su ano claro esta y era delicioso. Mi lengua la lamia y se metía un poco por su vagina mientras mis manos tocaban sus pezones.
Se retorció un par de veces mientras gemía y me apretaba el cabello y la cabeza como guiando mi lengua por donde ella sentía placer. Estos eran indicios de que no era su primera vez. Pero decidí seguir la corriente. Estuve así no se, entre 10 y 15 minutos hasta que con la boca húmeda le pregunte. Estas Lista?Continuará...
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Oportunidad al Placer
RomanceNada que argumentar sobre este trabajo "Oportunidad al Placer" conjunto de relatos eróticos desde perspectivas distintas tanto relatadas por chicos que por chicas. Abordará varios temas referente a los tipos de relaciones. Como siempre esperar que l...