Me Enamore De Un Asesino (Taehyung Y Tu)

04

—Chicos creo que tenemos un problema.

Los chicos al escucharme miraron alrededor y vieron lo que estaba pasando, Tae me tomo de la mano y me escondió tras el como si eso fuera a protegerme, pero todos sabíamos que posiblemente estábamos muertos.

Éramos presa fácil, esto había sido una gran mentira y alguien nos había puesto la trampa de nuestras vidas, quiero decir la trampa más obvia del mundo, pero por estar buscando algo que no había no nos dimos cuenta y ahora nosotros caímos en ella

—Bien, ¿quién fue el gracioso?

Taehyung parecía verdaderamente molesto, mientras que las personas que nos apuntaban solo nos miraban si decir una sola palabra, hasta que una mujer aclaro su garganta y se asomó por un balcón mientras levantaba la mano.

—Arriba cariño

Esta mujer era alguien muy elegante, demasiado para ser una maldita, no se veía tan vieja y le calcule aproximadamente 50 años, sin embargo, con el maquillaje se le veía poco menos de esa edad.

—¿Usted...es?

—Eso no te importa, ¡tráiganme a la chica!

Rápidamente todos me colocaron en el centro y ellos alrededor tratando de protegerme, una parte de mi estaba a la defensiva como si el próximo que intentara algo en contra mía terminaría con la garganta hecha nada, sin embargo, la mujer me miraba desafiante.

—O vienes conmigo u ordeno que te maten junto a estos idiotas e incluyendo a tu hijo

—Con mi hijo no te metas, te lo advierto

—¿Y que harás cuando tengas 25 balas en el cerebro ¿ah? Eso pensé.

Tae dio un paso al frente y miro tan desafiante a la mujer que pensé que podría empezar a dispararle ahí mismo, si eso ocurría ella mataría a todos, incluyendo a Dae, por lo que tome a Tae y negué

—Déjame ir, estaré bien... lo prometo.

—No iras, me niego

Tae se giró a verme y yo solo le sonreí tratando de que se tranquilizara, pero a su vez haciéndole saber que iría con o sin su consentimiento por que no planeaba arriesgarlo ni a él ni a Dae.

—______ por favor, solo grita si necesitas ayuda y matare a esa maldita anciana.

—¿Vienes o que disparen?

Los chicos no muy convencidos solo me veían alejarme, alguien me tomo de los brazos inmovilizándome y haciéndome subir las escaleras más rápido, yo solo me limite a caminar sin quejarme, llegamos arriba y la señora estaba bebiendo una copa de vino.

—Ahhh una delicia, reservada desde el 1942 ¿quieres?

—No bebo, gracias

—Cierto, lo siento es que ahora que eres una dama de sociedad y una madre ejemplar, no te reconozco.

—¿Disculpe? ¿Acaso nos conocemos?

—¿No me recuerdas?... mmm veo que no, pero dime ¿Carlos refresca tu memoria?

En ese momento recordé que Carlos al vivir aun con mi madre llamaba a una persona que nunca supe quién era, pero si sabía de lo que hablaban, ahí fue cuando entendí que ella podría haber sido esa persona pues no venían más ideas a mi cabeza, aquí fue donde me soltaron sus matones a suelo y entonces ella se acercó al barandal y miro abajo justo a los chicos.

—Vaya son muy jóvenes aun, pero muy incrédulos ¿no crees? Es una lástima que a sus 26 o menos vallan a morir y todo por una chiquilla como tú.

—¿Que quiere?