Capítulo 𝟛

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𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒅í𝒂

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𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒅í𝒂


Sentí un ruido. Luego la luz del sol me cegó. Miré por encima del baúl del fondo de la cama, y vi a Hermione, ya con el uniforme puesto. Todo en ella estaba perfecto. La corbata bien puesta, al igual que la camiseta de debajo, que estaba meticulosamente planchada. Me froté los ojos para poder enfocar la vista. Todo se sentía tan... sereno.

La miré con los ojos entrecerrados.

- Hermione, — empecé a decir — sabes que no empiezan las clases en más de cuarenta minutos, ¿verdad?— Me ignoró.

Caminaba con rapidez, de un lado a otro, como si estuviera buscando alguna cosa en concreto.

- ¿Dónde habrá puesto su maldita corbata? — Se preguntó a sí misma en un tono casi inaudible para mí a estas horas de la mañana.

Mientras la loca de mi amiga buscaba entre la montaña de mi ropa que aún se había de ordenar, fui al baño para limpiarme los ojos y la cara en general. Al salir de la ducha, ya vestida, pude observar como Hermione me esperaba impacientemente sentada en su cama ya hecha. Al verme cogió mi corbata y me la colocó correctamente alrededor del cuello. Se comportaba igual que mi madre. Antes de salir de la habitación, puse mi varita en uno de los bolsillos interiores de mi túnica para no perderla.

༄༄༄

Era obvio que Harry y Ron aún no estaban en el comedor, ya que no había nada fuera de lo habitual. Ni ruido, ni sonidos molestos, nada. Solo tranquilidad. Mi compañera decidió comenzar a comer, y acto seguido la imité.

Me agradaba mucho comer con ella. En realidad, me gustaba hacer todo tipo de cosas con ella: desde ir a dar un paseo, a estudiar juntas. Lo único no tan perfecto de estar con ella es que todo tiene que ser a su modo. Pero no hay nada que podamos hacer, es Hermione Granger.

Cuando ya llevábamos un tiempo comiendo, nuestros dos amigos entraron por la gran puerta. Lo noté porque Ron no paraba de quejarse. Noté que Harry estaba bastante pálido, y tenía ojeras. Quería preguntarle si todo estaba en orden, pero supuse que seguramente le costó dormirse anoche. No lo culpo, hoy era el primer día de clase, y pociones no es que le gustara mucho, menos a primera hora de la mañana.

En realidad lo odiaba. No estoy segura si odiaba más la materia o el profesor que la impartía. Snape lo había tratado bastante mal desde el día uno que pisó este colegio, a demás sin conocerlo. Intuía que era por el mal rollo que había tenido con James, el padre de Harry.

El pelirrojo se sentó a mi lado, y antes de que pudiera parpadear, me robó un trozo de tostada con mantequilla. Era obvio que no me iba a coger la fruta, a no ser que estuviera enfermo, o que no fuera nuestro Ron. Hermione limitó a reírse, y el moreno de ojos azules se quedó serio como antes.

𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐 [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora