Una guerra entre dos bandos. Maquinas contra vida humana. Libertad contra esclavitud. Humanos vs Androides.
Lastimosamente, Alexandra estaba metida en medio de esta disputa. Sus heridas del pasado vuelven a surgir cuando una rebelión por parte de l...
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CAPITULO 1
FECHA: 1 DE MARZO 2027
HORA: 01:14:06
-Así que desde ahora tu vienes a invadir mi espacio.
El hombre de sillas de ruedas miraba seriamente a la pequeña de 10 años que se encontraba parada frente a él. Alexandra solamente se dedico asentir mientras observaba la elegante entrada de aquella enorme casa. Todo se veía tan gigante que la hacia sentir pequeña, pero por primera vez en muchos años había alguien con ella y eso la hizo sentir más relajada ante la presencia del hombre.
- ¿Piensas seguir viendo mi casa o me dirás tu nombre?
-Me llamo Alexandra. Alexandra Meyer -se presento para luego voltear a verlo-. Su casa es muy bonita señor...
-Niña, se que estoy viejo, pero no hace falta que me digas señor -interrumpió-. Solo dime Carl. Viviremos juntos desde hoy así que es mejor llamarnos por nuestros nombres.
Alexandra asintió con emoción y vergüenza. Carl vio su reacción, aunque no lo demostró, por dentro se enterneció, aquello lo hizo recordar los viejos tiempos donde su hijo se acercaba a el emocionado para poder enseñarle aquel dibujo que ante los ojos de el eran unos trazos mal dibujados, pero si fue hecho por su pequeño, lo consideraría una obra de arte, así que cada vez que actuaba con asombro ante el dibujo, el pequeño se emocionada diciendo que de grande se convertiría en alguien igual a él. Un pintor famoso. Los pequeños momentos que convivió con el, se convirtieron en un buen recuerdo. Después de mostrarle cada rincón de la mansión, Alexandra se encontraba fascinada ante lo cálida y hermosa que era. Cualquiera que viera la escena, parecería un patito bebe siguiendo a su papá ganso. Al terminar el recorrido, ambos se dispusieron a comer. Carl mando a Alexandra a sentarse en lo que el traía los platos con la comida, la pequeña se sentó sin refutar y espero al mayor. Aunque fuera una niña sabía perfectamente que no poder mover las piernas se te dificultaría mucho vivir, así que, al notar la tardanza del mayor, se dispuso a ir hacia la cocina, donde se encontró un completo desastre. Pedazos de platos rotos esparcidos por el suelo, dos vasos rotos con jugo esparcido hasta llegar al piso y justo en medio de ese desastre se encontraba Carl, con sus manos cubriendo su rostro y sus codos apoyándose en sus piernas.
-Vete de aquí... -dijo con voz amarga y audible.
Alexandra veía todo con detenimiento y fue entonces que la tristeza nublo sus facciones. Así que camino hacia Carl hasta quedar detrás de él, dispuesta a sostener la silla de ruedas.
- ¿Qué crees que haces? ¡Te dije que te fueras! -grito enojado volteando hacia ella.
