CAPITULO 7

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CAPITULO 7

7 de noviembre 2038

7:55:03



Un quejido de dolor salió cuando colocaba el nuevo vendaje alrededor de la herida en su abdomen. Tuvo la suerte de que, al llegar a la casa de Elizabeth, está se encontraba profundamente dormida, así que le resulto más fácil escabullirse a su habitación por la noche y hacerse un tratamiento. Cuando al fin término su vendaje se quedó observando por un largo rato el suelo, viendo solo un punto ciego. Tantas cosas han pasado que asimilarlo le estaba causando una punzada en la parte inferior trasera de su cabeza. El accidente con el divergente fue en parte algo bueno, porque así pudo darse un tiempo de descanso cuando supo que en la noche había otro caso en un club de prostíbulo androide o algo así. Hank y Connor podían arreglárselas solos.

- ¿Qué es lo que está ocurriendo hoy en día?... -se dijo así misma soltando un suspiro.

Al ver la hora en el reloj de su mesa de noche, decidió volver a meterse bajo las cobijas y disfrutar el descanso que le dieron por lo de ayer, era algo que ya necesitaba y que agradecía en cierta parte. Con el pasar de los segundos estaba comenzando a sentir sus parpados pesados y comenzó a cerrarlos poco a poco hasta que no pudo observar nada. Estaba a punto de quedarse dormida cuando sintió como una mano se posaba en su frente. Ni siquiera se molestó en abrir los ojos para saber quién era.

-Podrías traerle a esta enferma un vaso de chocolate caliente ¿por favor? -fingió temblor en su voz mientras trataba de aguantarse la risa.

La mano en su frente se apartó con cuidado para después llegar un silencio en la habitación. Alexandra abrió los ojos, no pudo ver a nadie más que la ventana de su habitación con nieve cayendo del otro lado de ella, así que supuso que se encontraba detrás.

-Si me lo traes, te prometo presentarte a un hombre guapo judío -sermoneo con diversión y espero una respuesta, pero nada llego-. ¡Oh, está bien! Prometo limpiar el arenero. Me parece un trato más que justo, Eli...

Cuando al fin decidió hacerle frente, podía jurar que su corazón se detuvo en ese mismo instante. Aquella tez bronceada que lo caracterizaba y que le fascinaba, aquella mirada observadora de siempre que ahora mostraba dos colores diferentes a como la última vez que lo vio, pero esta vez la miraban con un extraño brillo en ellos, uno que la hizo sentir una pequeña descarga por todo su cuerpo. Una lagrima se asomó para comenzar a viajar por su mejilla, pero esta fue borrada por la mano fría de Markus, quien solamente le dedicaba una pequeña sonrisa melancólica.

-Markus...-soltó con voz apenas audible.

Este solamente se dedicó asentir. Tenía que admitir que había sentido miedo e indecisión al venir a verla, creyó que lo odiaría después de todo lo que le causo cuando había insistido en no querer escapar, todo eso era suficiente para no querer volver a verlo y que en serio estuviera muerto. Pero al ver la lagrima cayendo por la mejilla de la castaña, todo su miedo se esfumo al instante, aquella mirada que le estaba brindando Alexandra, le hizo saber que el venir no fue un error, había sido lo correcto, la había extrañado desde el momento en que despertó en aquel horrible lugar. Alexandra no podía creerse que estuviese frente a él, lo sentía todo irreal. Con delicadeza coloco ambas manos en el rostro del moreno, aunque su piel estaba fría en esos momentos, podía jurar que sentía el calor de otro ser humano en él.

OUR FREEDOM - MARKUS X OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora