Todo el mundo tiene problemas, todos tenemos traumas y momentos difíciles, pero debemos superarlos y entender que ya forman parte de nuestro pasado, debemos aprender a dejarlo ir o nos atormentará toda la vida A veces, por más que trates de ayudar a...
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Rasmus me parece el chico más raro que he conocido en mi vida. Pero no raro de incómodo, es un raro que me hace sentir cómoda, que me hace reír, que me parece divertido la mayoría del tiempo.
Mantiene su brazo alrededor de mis hombros y la verdad es que no me quejo ni me siento incomoda, así que no me muevo ni digo nada al respecto. Estoy a punto de hablar, de darle la razón con respecto a lo que a dicho sobre el amor propio cuando saca su celular que vibra como loco y reproduce la voz de Homero Simpson.
Que tono de llamada tan raro, pienso. Aunque la verdad todo en él es raro.
No presto atención a lo que está hablando, me desconecto por completo de lo que está pasando a mi alrededor y pienso en las palabras de Rasmus.
Tiene razón, aunque no quiera admitirlo en voz alta. Por supuesto que tiene razón, para este punto en el que me encuentro yo ya debí de haber soltado algo que hace mucho tiempo me soltó a mi, pero sigo aferrada. Hay una pequeña parte de mi que tiene esperanza de que las cosas vuelvan a ser como antes, por más absurdo que parezca o suene eso.
Tiene razón cuando dice que debo de hacer mi vida. Scott ya hizo la suya y se le ve feliz, a gusto. Mientras yo lo único que hago es bajar la cabeza cada que lo veo, deprimirme en mi cama durante noches que parecen eternas. Una simple foto a afectado mi estado de animo completamente. Hace media hora estaba feliz, quería hacer cualquier cosa que me llegará el corazón, he visto la foto y mi estado ahora es triste.
Tan triste que Rasmus se a dado cuenta de que algo me está afectando. ¿que estoy haciendo? ¿por qué le tomo tanta importancia a algo que, se supone, ya no debería tenerlo?
Para cuándo vuelvo en mi Rasmus tiene el celular delante de nosotros y nos veo reflejados en la pantalla. Está misma se ilumina de repente y cuando parpadeo me doy cuenta que acaba de tomarnos una foto. Frunzo el ceño tratando de procesar lo que acaba de pasar.
¿Nos acaba de tomar una foto?
¿Eres tonta? Es obvio que nos a tomado una foto. Me dice mi subconsciente.
— ¿Para que la foto? – pregunto.
Ni se molesta en preguntarme, me doy cuenta que me está enviando la foto a Raisa cuando leo su nombre en la pantalla.
— Raisa no me cree que estés conmigo.
— ¿Por qué no iba a creerlo?
Se encoge de hombros y guarda el celular en su bolsillo.
— Ven, ya llegamos.
Me toma de la mano mucho antes de que pueda reaccionar. Me siento estúpida por como estoy actuando, parece que estoy en las nubes. Sigo a Rasmus fuera del autobús, aún tomados de la mano. En cuanto pongo un pie en la acera siento una oleada de calor, de pronto empiezo a sudar y maldigo mentalmente el clima.