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Continuamos con la segunda parte... del primer día... de la primera semana :D

Esto va para largo kabdsk

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Mi cabeza y cuerpo dolían, abría mis ojos con dificultad, pues, los últimos rayos del sol entraban por una ventana, dando directo a mis ojos, traté de levantarme pero, mis manos atadas por detrás de mi espalda, mis pies atados, y un dolor inmenso en mi hombro derecho me lo impidieron, estaba sentada en una silla de madera. Solté una queja de dolor mientras trataba de mirar mi herida, pero mis labios estaban sellados con cinta.

La venda ya no estaba, mi herida estaba al aire y dolía como si estuvieran haciendo presión en ella, me quejaba de dolor, pero la cinta en mi boca no dejaba que liberara el aire en ella.

Estaba anocheciendo y por el lugar donde nos encontrábamos empezaba a hacer frío, así que mi sola camisa y pantalón, no servían de nada, sentía frío por todo mi cuerpo.

En cierto momento pensé en mi madre, debía llegar a casa antes de media noche, y para esto, jamás llegaría. Me preocupé, no sabía que pasaría después, o si almenos volvería a ver a mi madre.

Mientras lloraba de angustia y desesperación, la puerta de la casa rodante se abrió, alguien había entrado, pero, mi cuerpo le daba la espalda a la puerta así que no sabía quien era. Entré en pánico y traté de guardar silencio, pero mi respiración no ayudaba.

—Ah, estás despierta ahora —dijo una voz masculina.

No quise girar a mirarlo, tenía miedo de ver su cara.

—¿Cómo te sientes? —cuestionó. Por obvias razones, no respondi—. Cierto, lo olvidé.

Dicho esto, sentí como se acercaba y posaba una de sus manos sobre mi hombro izquierdo, acariciandolo. Empecé a sentir un miedo horrible y quería salir de ahí, intentaba zafarme pero, me era imposible, solo provocaba más dolor.

—Escucha —dijo—, si continuas moviendote, solo harás que duela más. Así que quédate quieta por un maldito momento.

Por mi parte, comencé a negar frenéticamente con la cabeza mientras lloraba, no quería sentirle cerca, ni siquiera sabía quien era y dudaba que en este lugar hubiera alguien cuerdo.

—¿Te causé escalofríos?, ¿o solo tienes frío? —cuestionó al notar que tenía la piel de gallina, aunque esto era por varias razones; miedo, frío, nervios—. Veamos cómo va esa herida —dijo acercándose aún más, traté de mirarle de reojo y pude notar su cabello naranja, pero, ¿qué estaba haciendo?

Sentía su respiración cerca de mí y mi respiración se aceleraba, su mano pasó de estar en mi hombro izquierdo a comenzar a rozar mi herida con sus dedos, no dolía, ya que no hacía presión pero, igual era incómodo.

—Parece que fue una herida superficial —dijo. Nuevamente traté de mirarlo, pero no alcanzaba a ver mucho, solo lograba ver su cabello y parte de su rostro, tan sólo sus ojos.

Volví a mirar al frente y sentí nuevamente ganas de llorar por el miedo, mi respiración era acelerada y comenzaba a temblar.

—No comiences con lloriqueos —soltó con cierto tono de molestia—. Solo estoy revisando, que no esté infectada..., o que empiece a sangrar —dicho esto, sentí como de a poco comenzaba a hacer presión sobre la herida, provocando un dolor insoportable, causando que tratara de gritar, lo cual no podía hacer por la cinta en mi boca, dejando salir simples gemidos de dolor—. Mhm... Parece que no sangra, esta cicatrizando rápido, ¿no crees? —soltó en tono de burla.

𝐌𝐢 𝐑𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐚𝐝𝐚 𝐲 𝐘𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora