Ocho.

1.1K 70 4
                                    

Dos días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dos días.

Dos días desde aquella noche.

Dos días desde que Dimitri le había dicho que lo acompañara a China.

Era una locura total ¿Cierto?

No era su esposa ni mucho menos su novia, entonces, ¿Por qué...?

Le iba a decir que no hasta que él dijo aquellas palabras.

"Le pagaré el doble si me acompaña".

¿Cómo negarse?

Joder, por supuesto que diría que sí. Su único problema era decirles a las dos chicas con las que vivía. En poco tiempo tendría el dinero para el local, después compraría todo lo necesario para la repostería.

Era un sábado en la noche y era el día libre de sus dos amigas, la perfecta ocasión para comentarle sobre la propuesta del hombre.

—Tengo que decirles algo—avisó mientras se recostaba en la cama de Samantha. La rubia y Jenny se alistaban para ir a un club de noche, Luan no se sentía de ánimos para salir esa noche.

—¿Qué cosa?—preguntó Samantha, acomodaba su hermoso vestido de color negro ceñido a su hermosa figura. Jenny no se quedaba atrás con un vestido de satín rosa, la chica podía resplandecer a millas con aquella prenda.

—¿Al fin te acostaste con Dimitri?—inquirió Jenny con una sonrisa cargada de picardía.

—No lo hice—negó con una mueca.

—Que triste, ese hombre es la total definición de un dilf en todo el sentido de la palabra.

Samantha bufó.

—Ya habla, Luan—pidió impaciente.

—Dimitri me pidió acompañarlo en un viaje a China—sonrió nerviosa, ambas chicas la miraron estupefactas.

—¿Por qué?—Samantha preguntó con el ceño fruncido.

—Si, ¿Por qué?—repitió Jenny, que a cambio de su amiga tenía una sonrisa radiante.

—Para cuidar a sus hijos—contestó con la mirada gacha—no hay una razón oculta. No me pediría ir para algo más.

—¿Vas a aceptar?—Samantha se cruzó de brazos, no muy contenta con la situación—ese hombre irá de viaje no por asuntos muy legales, de eso estoy segura.

—Me está ofreciendo el doble—recitó la chica con un puchero—necesito el dinero.

—Y yo que pensaba que te invitaba por otra cosa—enunció Jenny con leve desilusión, la rubia le dedicó una mirada no muy amistosa.

—Ven con nosotras al club esta noche—Samantha pidió con voz aterciopelada—míralo como nuestra despedida.

—No iré a la guerra—formuló la rizada con expresión divertida mientras se levantaba de la cama.

Dulce mafia|| Charlie Hunnam||Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora