"El significado de la vida, es que termina"
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Prólogo
CassidyHay momentos en la vida que nos arrastran hacia la desesperación, como si el mundo entero conspirara para que dejemos de existir. Hoy es uno de esos días.
Mi madre está a mi lado, su rostro reflejando una tristeza profunda. El doctor Matthew ha debido darle malas noticias sobre mi condición. Verla llorar por mí me duele más que cualquier síntoma físico. Estoy recostada en una camilla de hospital, rodeada de máquinas y cables que monitorean mi frágil existencia.
La pesadez me consume lentamente, y sé que mi tiempo se agota. La muerte acecha, pero no la temo. Me siento tranquila, como si estuviera flotando en un limbo entre este mundo y el siguiente. ¿Es tristeza lo que siento? Quizás un poco, pero no hay miedo en mi corazón.
Sé que más allá, en la otra vida, existe algo mejor que este mundo de hospitales, paredes blancas y soledad. Mi madre sigue hablando con el doctor, y su llanto incontrolable me parte el alma. Matthew ha sido mi compañero en esta lucha desde que era una niña. Él conoce mi enfermedad cardíaca mejor que nadie.
Tener una enfermedad en el corazón es una carga pesada. No puedo correr, no puedo recibir emociones fuertes, no puedo tener sexo. Mi corazón, ese órgano vital, es también mi mayor debilidad. Desde mi nacimiento, he luchado contra sus limitaciones. Recuerdo que al llegar al mundo, mi piel era morada y mi corazón no latía. Los médicos hicieron todo lo posible para salvarme, y aquí estoy, pero mi tiempo se acaba.
Mi madre, valiente y sola, me cuidó mientras mi "padre" nos abandonaba. Matt se convirtió en nuestro apoyo, y crecí sabiendo que mi corazón no resistiría mucho tiempo. Cada mes, esperábamos un trasplante, pero nunca llegó. Nadie donaría su corazón a otra persona. Nadie, excepto yo, que siempre tuve la certeza de que en algún momento tendría un corazón nuevo.
Mis manos moradas indican que la sangre y el oxígeno no llegan bien a mi cerebro. Puedo morir en horas, minutos o segundos, pero no lo sé con certeza. Lo único seguro en esta vida es la muerte. Y lo que más duele es que no pude enamorarme, no pude tener amigos, no pude disfrutar de las cosas simples como correr o bailar.
Así que aquí estoy, entre latidos y silencio, enfrentando mi destino con valentía. Aunque no haya vivido como otros, he aprendido a apreciar cada pequeño instante. La vida, aunque breve, ha sido mi compañera fiel.
No hice nada en estos quince años, más que dormir, escuchar música y leer, y sobre todo respirar. Intentar respirar cada día.
Y acostada en esta camilla de hospital, mientras observo el aparato con mis pulsaciones anormales, me doy cuenta de lo bonito que es vivir con plenitud. Nunca quise nacer con esta enfermedad. Ojalá pudiéramos decidir nuestro destino, pero es imposible. Ahora solo me queda reír mientras aprovecho al máximo el oxígeno que respiro.
Yo estaba bien, hasta que me dio un dolor en el pecho que me dejó inconsciente. Pensé que era mi fin y lo único que pude hacer antes de cerrar mis ojos fue dar gracias a la vida. Después, desperté aquí en el hospital y con mi mamá al lado llorando. Abrazándome y besando mi frente de la emoción. Estaba viva, seguía viviendo. Y lo agradecí con una sonrisa. Me dolía no volver a ver a mi madre con esa hermosa sonrisa fingida. A Matt con sus estúpidas bromas y a mi gato Travis, quien se ha convertido en mi mejor amigo y compañero de habitación.
No quiero ver a mi madre llorar, no quiero que ella se preocupe por mí y se encargue de vivir su vida. Desde que la conozco, le he visto esas enormes ojeras decorar sus ojos, su rostro cansado y su cuerpo delgado por falta de sueño. Ya no quiero seguir viéndola sufrir por mi culpa. Quisiera morir de una vez y dejar de existir. Solo quiero que mi madre sea feliz aunque yo no esté en su vida.
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M O N S T E R ©️ 🖤 +18
Romance"Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad. Juntos éramos el infierno perfecto..." 🖤 • • • ©️ Copyright 2023, Patrixia Gómez Todos los derechos reservados Obra registrada en el SAPI, Venezuela Contenido +18