M O N S T E R ©️ 🖤 +18

🖤 Capitulo 9 🖤

"Simplemente nunca lo comprenden, ¿Verdad? Que a veces la soledad es una de las cosas mas hermosas de la tierra.

Charles Bukowski

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Capitulo 9

Monster

Ese aroma.

Ese perfume suave con olor a rosas, se impregna en mi nariz. Y, lo admito, me agrada ese olor pero no la chica que lo lleva.

¡Dios! Es terriblemente insoportable, casi peor que la voz en mi cabeza.

Aqui me encuentro, sobre ella, sujetando sus muñecas a cada lado de su cabeza para que no escape. Porque, ¿Que carajos hace ella en mi habitación?. Nadie entra nunca y ella...¡Arg! Es frustrante y desesperante.
Por alguna razón que desconozco mi corazón late furioso. Primero, pensé que iban a atacarme y asesinarme mientras dormía. Segundo, había olvidado cerrar la puerta con llave (como siempre lo hago) y tercero, me molesta que la enana patética esté en mi habitación. 

–¿Que haces aqui?

Repito con dureza sin soltar sus manos. Ella se mantiene quieta. Todo está obscuro asi que no puedo detallar su rostro. De seguro está cagada del miedo pero no voy a hacerle daño, aun no.

–Eh...yo...–tartamudea nerviosa. –¿Podrías...emm...bajarte?

–No. Ahora dime, ¿Que haces aqui? ¿Que quieres?

Mi voz sale demandante, fría como siempre.

–¡Esto es incómodo! ¡Bájate!

Ella se remueve inquieta.

–Si sigues moviéndote como parásito voy a asesinarte aqui mismo, Cassidy.

Ella deja de moverse.

–No lo harías...

–Créeme que sí lo haría.

Y no miento.

–Me estas lastimando.

Ella intenta zafarse de mi agarre.

–Es inútil. No voy a soltarte.

Ella suelta un suspiro y su aliento se estampa en mi cara. Paso saliva con fuerza.

–Esto es vergonzoso, Le...

Cubro su boca rápidamente con mi mano antes de que termine de pronunciar mi nombre y el corazón se me acelera. No quiero cargar con su muerte también.

–¡Shh! Nunca digas mi nombre. Maldita sea, Cassidy ¿Acaso quieres morir?

Suelto frustrado y ella menea la cabeza negativamente mientras aun cubro su boca con mi mano.

–Además de patética también estas demente.

Ella habla en mi mano pero no logro entender lo que dice, pero tampoco aparto la mano de su boca. Entonces me quejo cuando ella muerde mi mano y rápidamente la aparto de su boca quejándome por su mordida.

–¡¿Estas loca?!

–No. Estoy demente, ya tu lo has dicho.

Ella me empuja a un lado y se baja de la cama rápidamente. De pronto la luz se enciende en la habitación y yo suelto un suspiro tratando de calmarme y no sacarla a patadas de mi habitación por invadir mi privacidad. Nuestras miradas se encuentran. Sus ojos azules me reprochan mientras me fulmina con la mirada. Yo me mantengo impasible como siempre sin demostrar ninguna emoción o reacción en mi rostro. Frunzo el ceño y tenso la mandíbula sin apartarle la mirada.