PRÓLOGO

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                             CORRE.

     

                         SOBREVIVE.

             

                   NO TE DETENGAS.

  Esas eran algunas de las palabras que pasaban por mi mente, mientras corría tan rápido como mis piernas me permitian.

   El frío de la noche se hacía presente y el gran dolor en mi tobillo iba aumentando a cada pasó. Además el viento hacia que me estremeciera y las  lagrimas que caían sin control por mi rostro complicaban mi visión.

   No podía más, mi cuerpo pedía a gritos un respiro y sentía que en cualquier momento perdería la conciencia. Además la herida en mi brazo derecho no dejaba de sangrar.

   A lejos podía escuchar el ruido de esa maldita camioneta negra al aproximarse y como las luces de ésta iluminaban gran parte del camino.

 

  Él se acercaba.

El pensamiento de él atrapandome  producía un gran terror en mi, causando que todo mi cuerpo temblará con la sola idea de que pasaria conmigo si eso sucedía.

Mi final se acercaba y podía sentirlo.

Tropecé con una piedra del camino, pero rápidamente volvi a correr. No podía perder tiempo, cada segundo valía.

– ¡Ayuda!¡Ayúdenme! – grité desesperada, mientras me acercaba a golpear la puerta de una casa.

Golpe una.. dos..tres veces...

Pero nadie abrió.
                  

  Aunque en ese momento mis esperanzas se encontraban por el suelo, todavía tenia algo que me motivaba a seguir.

Continúe.

Corrí uno...

Dos..

Diez metros...

Hasta que senti como un enorme cuerpo me tumbaba e inmovilizaba en el duro asfalto.

– ¡Ayud... – no pude terminar, ya que, su mano cubrió mi boca y ahogo los gritos de auxilio.

– Cierra la boca o ten por seguro que lo lamentaras – senti como colocaba el filo de una navaja en mi cuello y hacia un poco de presión.

  Pude observar como las luces de algunas cosas se encendían pero no pude hacer nada, si me movía seria mi fin.

Cuando la última luz de esperanza se apago. Él me miró y un gran sonrisa se hizo presente en su rostro.

Esa maldita sonrisa, que estaría presenta hasta en mi última pesadilla.

– Eres una niña traviesa – dijo mientras me tomaba fuertemente el cabello y hacia más presión en mi cuello con la navaja.– Creo que tendremos que trabajar en tu comportamiento.–
Esas fueron las últimas palabras que escuche de su parte, antes de sentir un gran dolor en la parte posterior de mi cabeza.

– Lo siento – solte un bajo murmuró para luego caer en la oscuridad.

De verdad lo lamentaba.

Todo era mi culpa.

Si tan solo hubiera sido más rápida.

Lo peor de todo era que había roto la promesa. Aquella que hice con los chicos unas horas antes, dándoles así falsas esperanzas.

Se suponia que escaparía.

Seria libre.

                  SERIAMOS LIBRES.

             *    *       *    *     *    *   *

Hola, ¿como están?
Soy nueva en esto, así que si ven cualquier tipo de error, me encantaría que me avisen.
De verdad me gustaría que comentaran y todo eso, ya que nose si subir la historia.
   Lo más probable es que suba capítulos todos los días o dia por medio.
Todo depende del apoyo que le den.

Run, Survive [The Black Phone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora