Los días pasaron sin pena ni gloría, simplemente el tiempo fue traicionero con él y cuando menos lo espero el último día de clases llegó. No estaba de más mencionar que habían sido los peores días de su vida desde hace algunas años atrás y de alguna forma, incluso se sintieron peor que los de su infancia. Lo único que quería en todo momento era ir a casa, refugiarse en su cama y fingir que la tristeza no lo estaba consumiendo por dentro de forma peligrosa, sin embargo, no podía culpar a absolutamente nadie más que a si mismo de todo lo que había provocado. Las mentiras tenían las patas cortas y aunque haya cambiado de opinión en el proceso no fue justo con nadie, era normal que todo haya terminado de la forma que más temía.
Ahora estaba completamente solo.
Ya no tenía a nadie con él, todas las personas que una vez quiso ahora lo odiaban.
Realmente se había buscado su propia perdición.
Mingyu, Eunwoo y Yugyeom lo ignoraban como si nada hubiera ocurrido entre ellos, como si todos esos años de amistad no hubieran sido más que una bonita farsa y solo seguían actuando como siempre, demostrando que él realmente no era nadie en la vida de ellos a este punto, pero eso no le dolía, al menos ya no. Lo que destrozaba su corazón en realidad eran esos cortos pero insufribles momentos en los que sin querer se encontraba en los pasillos a la pareja o a Taehyung. Deseaba tanto correr hacia ellos y disculparse como era debido por todo lo que había hecho su yo estúpido de hace 3 meses atrás, pero sobre todo ansiaba volver a pasar sus descansos y almuerzos riendo de alguna anécdota tonta, jugando lo primero que se les ocurriera o algo tan simple como ir a su práctica de básquetbol y ver a sus amigos y pareja allí, apoyándolo en todo momento.
Extrañaba tanto ir a la biblioteca y pasar sus tardes entre las silenciosas paredes, solo escuchando la grave pero al mismo tiempo delicada voz de Taehyung hablar durante horas si era necesario de algún libro que le había encantado o simplemente dormir sobre su regazo mientras el rubio leía en silencio, acariciando su cabello con cariño.
En ocasiones deseaba que alguno de ellos lo mirara aunque fuera un solo segundo. No importa si lo que había en sus miradas era odio, lo único que quería era saber que ellos aún pensaban en él y que realmente no había desaparecido de sus vidas por completo, porque eso definitivamente marcaría un final para él.
Un final del que estaba aterrorizado.
"Aún cuando deseo eso sé que es algo egoísta. Tienen derecho a odiarme, ¿Por qué me mirarían? ¿Por qué siquiera seguiría siendo importante para ellos ahora?"
Soltó un suave suspiro, dejando salir un poco de esa tristeza que lo ahogaba y bajó su mirada al suelo, desganado con el ambiente que lo rodeaba mientras caminaba por el pasillo lleno de bulliciosos estudiantes. No podía culparlos, todos estaban emocionados con justa razón y es que al ser el último día de clases era evidente que las vacaciones estaban a un solo paso, mientras que muchos otros estaban aprovechando al máximo lo que restaba de día para pasar con sus amigos más cercanos y así poder despedirse de aquellos que estaban en su último año.
Dos de ellos eran Yoongi y Jimin.
Ese era su último día en la secundaria para sus mayores y el próximo año entrarían a la universidad, comenzando así su vida adulta.
Quería con todo su corazón despedirse de ellos, realmente quería darles un último abrazo y desearles suerte, sobre todo porque sabía que probablemente esa sería la última vez que iba a ver a esa pareja que estuvo dispuesta desde el segundo uno a brindarle una mano amiga, siempre apoyándolo y viendo por su bien aún cuando era un completo desconocido que no merecía nada de ellos.
Apretó los labios con fuerza, aguantando las ganas de llorar a como diera lugar.
"No sirve de nada llorar ahora que lo perdí todo. Me lo merezco, esto es lo que yo mismo me busqué."
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Apuesta/ KV (Finalizada)
FanfictionLo que en un inicio pareció ser solo una estúpida apuesta con sus amigos para conseguir una cita con la chica que le gustaba se transformo en el mayor y peor acierto de toda su vida. Jugar con los sentimientos de otra persona no era tan buena idea d...