Reglas

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Las cosas habían cambiado de manera radical para ambas manadas.

Con la inexistencia del consejo de ancianos, se había corrido el rumor del caracter del Alfa Min. Todos decían que tenía encerrado a su Omega y por ende no lo dejaba salir, ningun personal de la servidumbre hacía el valor de hablar con el Alfa. Los padres de JiMin, sin embargo ni se habían molestado por ver a su hijo.

NamJoon era el único Delta que se acercaba al líder, sin recibir protestas, ahora era el consejero real y su palabra tenía tanto peso como la del mismo YoonGi. Para ambas manadas unificadas, YoonGi y NamJoon controlaban todo, aunque JiMin, había influído mucho en sus peticiones para los cambios de los Omegas, YoonGi tomó en cuenta todas las sugerencias de su Omega y al momento de comunicarlo a los diferentes gobernadores, ellos mostraron su descontento, pero ninguno tenía potestad para negarse por ser una orden del líder Alfa.

YoonGi se había dado fama de ser un líder autoritario, no había espacio a reproches ni objecciones.

- NamJoon, recluta jovenes que no tengan pareja, comenzaré el entrenamiento, si a mi Omega le hace falta algo, soy capaz de todo... no permiteré amenazas ni ninguna contradicción- dijo YoonGi mientras caminaban entre las calles de la manada. Nadie se atrevía a dirigirse a él, por temor de ser castigados, pocos podían acercarse por misma decisión del Alfa. YoonGi estaba preparando el ambiente para la llegada de sus cachorros.

Un mes antes del nacimiento de sus cachorros, YoonGi había organizado una armada completamente diferente. Ningun Alfa tenía permitido abusar de su autoridad contra los Betas, Omegas, Gammas o Deltas. Si había alguna sospecha de abuso o maltrato, el castigo sería público para el Alfa, llegando incluso a la muerte.

Los Omegas ahora podían trabajar, sin necesidad de pedir permiso, YoonGi con ayuda de su Omega había creado actividades para cada clase de lobo, todos podían ayudar a la sostenibilidad de la manadas.

JiMin ahora, dificilmente salía de su nido, pero YoonGi le había comentado que sus lobos sabían dónde debían nacer sus cachorros.

- Alfa...- le da bienvenida a su habitación, JiMin sonríe, YoonGi se siente en tranquilidad cuando puede observar a su Omega y olfatear su aroma sin pensar en nada más.- Has vuelto...- le abraza.

- Hola, JiMinnie...- devuelve el gesto, cuidando de no presionarlo mucho, últimamente su Omega esta muy sensible y cualquier acción siente que lo lastima.

- ¿Cansado?- pregunta y ambos vuelven a la cama. YoonGi niega, estar con su Omega desvanece las discusiones que rebotan dentro de su mente.

- Solo quiero quedarme contigo...- YoonGi dice mientras esconde su rostro en el cuello de su pareja, olfateando su aroma, ahora es dulce y relajante.
Aunque en sus primeros días de matrimonio, ninguno hablaba mucho o se acercaba demasiado al otro, su convivencia ahora era linda.

YoonGi usualmente dormía en el suelo, dejando la cama al Omega, y a pesar de todo, JiMin nunca había desconfiado del mayor. En otras circunstancias no se hubiera permitido dormir en la misma habitación que el Alfa. Su primera noche de bodas, ambos platicaron sobre las medidas que irían tomando poco a poco para los Omegas y las demás clases de lobos. JiMin accedió a que la primera marca temporal se diera, solo recibiendo dolor... sin embargo, la marca se veía sana, eso debió advertirles de lo enamorados que estaban sus lobos.

JiMin se deja abrazar por el Alfa, sintiendose mejor al sentir los brazos de su pareja dandole seguridad, el ambiente alrededor ha estado tenso. Ambos sienten tranquilidad en los brazos ajenos.

- ¿Cómo va la manada?- pregunta JiMin. YoonGi suspira y ambos se sientan en el sofá largo dentro de la habitación. YoonGi acomoda los cojines para que JiMin este cómodo y puedan conversar sin perturbar la calma de sus pequeños cachorros.

- Los viejos lobos aun no se adaptan...- YoonGi menciona con un suspiro, miemtras acaricia el vientre de su Omega.- Las sugerencias que me diste, fueron de ayuda, NamJoon tiene ordenando a la Guardia Real, tendrás protección, ninguno de los ancianos va a poder tocarte o hacerte daño, sé que es importante para ti sentirte seguro...- JiMin le mira conmovido, acaricia la mejilla de YoonGi.

- Gracias...

- Solo... el deseo mío y de mi lobo es que puedas sentirte seguro y apreciado, todas las nuevas reglas son para que puedas ser libre, sin preocuparte por nada ni nadie...- YoonGi se acerca y le besa lentamente. El contacto es suave y delicado, como su fueran pétalos de flor acariciandose.

JiMin cree que la luna escogió a YoonGi, especialmente para él...

No los rechacesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora