Felicidad

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JiMin sentía a sus cachorros moverse, en su forma de lobo, podía ver a sus cachorros marcarse en su interior, era como sentirlos más cerquita. Estaba seguro que serían dos cachorros o tres, porque detectaba un par de aromas salir de su vientre. Eso indicaba que sus cachorros eran Alfas puros, o bien uno podría ser Omega dominante o lunar como él.

Se transformaba y se ocultaba dentro de la habitación, y en más de una ocasión había preocupado a YoonGi. Solía esconderse dentro del gran armario bajo grandes capas de ropa con el aroma de Min.

La primera vez que YoonGi lo encontró de esa forma, lo había sentido tan alterado, que incluso él mismo se alarmó al no saber que tenía tan asustado a su Alfa.

- ¿JiMinnie?- YoonGi entra a la habitación, buscandolo. Las pisadas son suaves, como si no quisiera molestarlo o incomodarlo.

JiMin solo levanta su cabeza, su lobo reconoce muy bien a su pareja pero, deja que siga buscando un par de segundos más. Se siente perezoso y no tiene ganas de moverse.

- ¿Estas aquí otra vez?- la puerta del armario se abre lentamente y el lobo solo lo mira- Nunca he tocado tu vientre mientras eres lobo...- aunque en su intimidad, JiMin permitía a YoonGi tocar su vientre, pero mientras estaba transformado en lobo, YoonGi aun no se sentía con la confianza para hacerlo. Y no reclamaba, pero le daba curiosidad sentir la forma lobuna de sus cachorros, sobre todo al verlos marcarse bajo el vientre de su Omega.- ¿Puedo acercarme?- pregunta y el lobo solo lo observa y se deja hacer, recostandose de nuevo.

YoonGi se sienta frente al hermoso lobo, el pelaje del Omega de JiMin era suave, cálido y desprendía un aroma dulce y fresco, podía sentirlo perfectamente.
Sin apartar la vista del vientre de JiMin, acaricia un costado, cuidando de no tocar el vientre directamente. No sabe si el Omega pueda sentirse amenazado por tocar esa zona tan íntima.

Luego de unos minutos, el Alfa se acuesta cerca, sin dejar de mimar a su pareja, es extraña esa convivencia de lobo y humano pero se siente correcto.

Pero el Omega acerca la mano de YoonGi a su vientre. JiMin observa la reacción de YoonGi, el Alfa estaba sorprendido. Con su nariz empuja la mano suavemente para que pueda sentir a sus cachorros. YoonGi suspira cuando toca la tibia piel escondida bajo el pelaje.
Siente la forma de sus pequeños bajo la delgada piel...

- Huele a menta y jazmín... algo me dice que tendremos una niña...- YoonGi habla emocionado, JiMin se conmueve por sentir al Alfa tan delicado en su toque.- Me gustaría que se parecieran a ti, en tu carácter... que no duden ni teman, y que tuvieran tus ojos, son bellos luceros... los llevaré a nuestro nido en el bosque, junto al claro, y una vez ellos nazcan, haremos la ceremonia que te mereces, la que debía ser sin intermediarios...

JiMin lo mira curioso y sorprendido. Sus orbes dejan saber a YoonGi que por un momento el lobo cede su razón a la parte humana.

- Me he dado cuenta que quizás, de habernos conocido en otra forma, de habernos tratado antes, pudimos mantener una linda relación desde el inicio... podría no sentirme tan torpe cada vez que te veo... o dudar tanto si te incomodo o no...- YoonGi dice- Quizás ellos también no hubieran recibido tu dolor y angustia...- mira el vientre de su Omega, JiMin lo mira de una manera intensa- Te preocupaba saber si yo estaría de acuerdo o no... pero, aunque fue complicado asimilarlo, estoy feliz de que existan... es otra de las cosas que nunca te había dicho...

JiMin se sintió en calma al escucharlo de la voz de YoonGi, sabía que el Alfa no los rechazaba, pero no quitaba el miedo que dejaba la incertidumbre de que en cualquier momento sería un Omega con un lazo roto y cachorros, YoonGi podría tener otro Omega que de verdad le hubiera atraído, y podía exiliarlo a él, prohibiéndole ver a sus hijos... sin embargo, allí estaba esperando tener un verdadero enlace.

Y quizás YoonGi era el único que pudiera entenderlo y no denigrarlo...

Vuelve a transformarse y aun mostrando su desnudez, está delante de su esposo, de su Alfa... YoonGi lo mira sorprendido y antes de que pueda moverse, JiMin lo abraza por el cuello mientras le besa lentamente, siente las manos temblorosas en su cadera, y suspira...

A tientas, YoonGi toma una de las mantas y envuelve a JiMin

- Creo que entre los dos, yo soy el más paranoico...

JiMin ríe y asiente mientras observa los ojos ajenos, YoonGi puede ver su futuro y destino en ellos y un gran universo en el que ambos son felices...

No los rechacesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora