Deseo Consedido ~ TodoDeku ~

El Muñeco Perfecto ♦️

EPOCA ACTUAL

Todoroki había estado dedicado a su nuevo trabajo desde que se hizo cargo de las vidrieras y el márquetin de ese centro comercial. Tras hacer un exhaustivo estudio supo que dedicarse a la estética del lugar le daría mayores ingresos económicos ya que las ventas subirían. A su vez era consciente de la competencia que tenían. Su hermana lo puso a cargo de las vidrieras en concreto.

Siendo el jefe de estética unificó cinco vidrieras formando así una sola enorme, por donde mostraría lo mejor de ese lugar en cuanto a modas y demás cosas que las diversas casas vendían.

Aquello pondría en juego su gran creatividad y aunque tenía sus dudas, era consciente que poseía el talento para lograr alcanzar sus propias metas.

Por supuesto que en su computadora había diseñado un maniquí muy especial ya que mezcló los diseños de los personajes de los comic, con los de series televisivas japonesas más sus propios gustos a la hora de elegir una pareja de su mismo sexo.

Fue bastante audaz y exigente pero al fin consiguió su objetivo. Cuando le mostraron los resultados en concreto aquedó más que satisfecho con su propia obra. Por supuesto que exigió le sea enviado lo más pronto posible al centro comercial para dar inicio a su labor de vidriera.

Tuvo algunos inconvenientes debido a la negativa de quienes lo fabricaron siguiendo su diseño personal, ya que habían decidido venderlo al mejor postor.

Todoroki tuvo que recurrir a la influencia de su padre para ser respetado y que acaten sus órdenes. Ahora, habiendo acabado aquello, Shoto lo recibía con intensa desesperación. La caja donde lo colocaron era transparente, hecha de acrílico con un hermoso diseño.

Lo recibió en su despacho privado donde la caja fue colocada de pie con Izuku dentro completamente desnudo, con su verde cabellera, sus ojos verdes y su vello púbico de igual color.

Abrió la tapa de esa hermosa caja y quedó cara a cara mirando a su muñeco, porque si de algo estaba completamente seguro Shoto era que ese estupendo muñeco era completamente suyo y de nadie más.

Respirando entrecortado se perdió en esa esmeraldina mirada sintiéndose fascinado ya que todo en él parecía real, muy real. Sin poder contenerse le acarició esos sedosos cabellos con ternura, como si de un humano real se tratase.

Comenzó a acariciar su tórax con extrema sensualidad hasta ir acercándose a él más y más. Cuando sus labios entrechocaron Shoto murmuró en extremo agitado.

- Debo estar loco ya que quisiera que fueras real.
Sonrió tristemente sabiendo que eso era algo imposible de lograr para su persona, como también lo era desear ser feliz junto a alguien que en verdad lo ame y desee.

Alguien como él no estaba destinado a eso debido a que no era atractivo y carecía de atributos que pudiesen ser deseados en los demás. Suspirando profundo se alejó de ese muñeco antes de perder la razón por completo.

Sin embargo podía sentir la mirada del ¿muñeco? Aquello no tenía ningún sentido en verdad. Debía estar loco en serio y no era de extrañar, ya que se había dedicado a sus estudios de lleno para no pensar en lo antisocial que se hubo convertido luego de algunos intentos por buscar el amor.

Cerró con llave la puerta de su oficina para no ser molestado, anhelaba llevarse a ese muñeco a su casa y tenerlo solo para él. Shoto tenía que hacer uso de su máxima voluntad para no hacerlo en verdad, recordándose que lo había creado como herramienta de trabajo para el centro comercial y no como satisfacción personal. Después de todo no estaba tan desesperado ¿o sí?

Volvió a mirarlo deteniéndose en los minuciosos detalles de su anatomía mientras el calor iba aumentando en su cuerpo. Muy deseable en verdad.

Sonrió con cierto placer al imaginárselo vivo ¿cómo se llamaría? ¿Cuántos años tendría? ¿Qué gustos lo caracterizarían? ¿Sería hetero o gay como él? Quizás fuese alguien solitario como Todoroki dedicado al trabajo y en ese caso ¿cuál sería su especialidad? ¿Las artes o los deportes?

Todoroki volvió a acercársele y en ésta ocasión acarició su miembro con extrema lentitud mientras besaba sus fríos y duros labios, lo abrazó con infinita ternura sintiéndose en extremo necesitado de afecto, porque su familia jamás daba valor a esas cuestiones considerándolas sin sentido alguno.

A sus hermanos aquello les daba igual ya que eran como su padre, fríos. Pero Shoto se parecía a su madre quien valoraba el amor y los afectos más que cualquier cosa. Por tal razón le dolía tanto su extrema soledad.

Su corazón empezó a latir con mayor fuerza a medida que iba besándolo a ese muñeco tamaño natural. Sus manos siguieron explorando aquel espectacular cuerpo y sus brazos acabaron por abrazarlo mientras sus labios seguían besándolo en la dura y fría boca.

Ayúdame, por favor te lo pido

Aquella frase resonó en la mente de Shoto cuya voz no era la suya sino la de alguien más, haciendo que el joven de pelo bicolor se aferre aún más a ese muñeco anhelando con cada fibra de su ser que fuese real, alguien de carne y hueso.

Dime cómo y lo haré

Fue la instintiva respuesta de Todoroki sin interrumpir el beso y afianzando aquel abrazo. Aquella conexión bastó para liberar a Izuku de aquella infernal inmovilidad volviéndose repentinamente un joven de carne y hueso, tal como lo había deseado Shoto.

Estarás supeditado a los caprichos de un solo humano

Las palabras de su antigüo padre resonaron en la mente del semidios llenándolo de angustia, sin embargo podía percibir la bondad e intensa soledad de ese humano en cuestión a quién había sido entregado por los dioses.

Se aferró a él con sus propios brazos devolviéndole aquel beso con otro mucho más intenso aún. No estaba nada mal pertenecer a ese humano, aunque Izuku era consciente que había sido esclavizado al ser sentenciado por los malditos dioses.

Shoto se sobresaltó al ser consciente de la respuesta de su muñeco y se apartó de él con temor. Ahora tenía ante él a un chico de carne y hueso y no un muñeco.

¡Era una persona y estaba vivo! Respiraba entrecortado.

-¿Acaso enloquecí del todo? - murmuró en voz alta mirando a ese hermoso peliverde quien le devolvía la mirada enrojecido hasta la raíz de sus verdes cabellos, mientras respiraba entrecortado.

-No, no enloqueciste...yo....soy real.