La Vidriera I ♦️

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Entró a la vidriera solo para supervisar que todo esté en su debido lugar, vio a Deku maniquí y acarició su rostro mientras le susurraba con infinito pesar.

- Dijiste que no había enloquecido, que eres real ¿cierto? - por supuesto que no obtuvo respuesta alguna ya que Deku estaba imposibilitado para poder expresarse de cualquier forma

- Si es así entonces por favor demuéstramelo en éste mismo instante Deku...por favor te lo pido - No dejó de acariciar sus verdes y sedosos cabellos mirándolo a los ojos, pero nada sucedió - Deku por favor....te necesito - absolutamente nada, el maniquí Deku siguió igual, siendo un muñeco inanimado y sin vida alguna. Aquello hizo que Shoto se sienta peor de lo que ya se sentía - Significa que en serio enloquecí.

Se alejó de ese muñeco que parecía estar vivo cuando en realidad todo era una ilusión óptica o una mala jugada de su mente enferma que había empezado a alucinar.

Todoroki sentía que iba a estallar por dentro, no tenía a nadie a quién recurrir en busca de ayuda y era más que obvio que en su familia no podía contar ya que lo tildarían de mentiroso e intolerante.

Definitivamente al último sitio a donde en verdad debía recurrir era a su propia familia quienes consideraban a Inasa un gran partido para él.

Las lágrimas humedecieron el rostro de Shoto al sentir que sus sentimientos desbordaban como si de agua derramándose en un vaso se tratase. Pero tenía que contenerse, debía controlarse y mantener su máscara de triunfador indiferente o estaría perdido. Se secó las lágrimas mientras susurraba.

- Deku me encantaría que fueses real y no un producto de mi alocada y enferma imaginación.

Inmediatamente recuperó su compostura y sacó su celular para llamar a Inasa tal como era su deber y obligación hacerlo. Del otro lado el calvo sonrió de satisfacción al comprobar que la lección fue aprendida por su posesión más preciada.
Hablaron unos momentos y luego colgó.

Respiró hondo como queriéndose quitar un gran peso de encima sin poder conseguirlo. Miró a Deku y dijo:

- Es mi dueño al que debo llamar cada hora o estaré en problemas. Así de patética es mi existencia Deku. Era de lo que quería hablarte pero en fin, enloquecí.

Shoto guardó su celular y siguió en su tarea de supervisarlo todo. Cuando se hubo asegurado de que todo estaba en su debido y correspondiente lugar recién salió de la vidriera dando la orden de quitar la tela que la cubría y encenderla para el público.

Aquella era un bar con sillones, botellas de champán, mesas y sillas donde había amigos disfrutando de una buena velada.

Dos maniquí jóvenes se encontraban sentados uno en cada silla de una mesa situada hacia la izquierda, otros dos estaban en igual posición pero situados en una mesa ubicada a la derecha.

Un pequeño sillón se encontraba en el fondo donde un maniquí vestido con un pantalón negro, una camisa desprendida color amarilla y negra, de rubia cabellera con los brazos entendidos hacia ambos costados del sillón tenía las piernas abiertas posaba.

Sobre de él había un maniquí mujer de negra y corta cabellera con auriculares colgándole de ambos costados, vestía un short negro, una remera blanca con rayas negras y una campera de cuero negra.

Tenía luna de las manos apoyadas sobre los cabellos dorados del otro maniquí y la otra apoyada sobre el tórax de él, parecía que iban a besarse.

Uno de los maniquíes sentados en la silla situada en la mesa de la izquierda sostenía en sus manos una botella de cerveza. Tenía la cabellera color violeta, el rostro parecía cansado, los ojos violetas también.

Deseo Consedido ~ TodoDeku ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora