"Necesito saber que me necesitas de verdad"
_____________________________La Otra Madre se dirigió hacia la cocina, ya que era tarde para el almuerzo se apuró para encontrar los ingredientes para preparar sus deliciosas recetas.
Mel se sentó en la mesa callada. Realmente no sabía como sentirse estando aquí, era como volver a su adolescencia pero con un fondo mucho más oscuro y retorcido.
La Otra Madre la amaba... a su manera porsupuesto, pero ella había mostrado más interes y cariño que los que se suponían que decían amarla.
Cuando era niña Mel había sido ignorada y abandonada por todos, luego conoció a la mujer de ojos de botón.
Ella no la abandonó como el resto, al contrario, la amó y la cuidó cómo si fuera su hija propia, como si fuera sangre de su sangre.Pero cuándo descubrió cuál era el precio por su amor se sintió indefensa y temerosa.
Sabía qué tenía que coser botones en sus ojos para quedarse, pero ¿no lo valía?."¿En qué estás pensando cariño?"dijo la voz de la Otra Madre sacando a Mel de sus aturdidos pensamientos.
Mel levantó la vista distraidamente solo para encontrarse con los botones azabaches mirándola con una mirada de curiosidad.
"En nada"contestó sin darle importancia al asunto, no se sentía de humor para hablar en ese momento. Aunque no se sentía de humor para nada pero tenía que mostrarse interesada.
"Vamos, sabes que puedes confiar en mi Mel"insistió con un tono maternal suave.
"No quieres saber"ignoró su pedido.
"Me importa".
Mel suspiró con cansancio"Solo estaba recordando la última vez que estuve aquí"dijo sincera.
"¿De verdad?"preguntó entregando un plato lleno de comida a la mujer de ojos verdes con interés por saber a dónde se dirigiría la conversación.
Ella se sentó justo en frente de Melissa y la miró fijamente, Mel sintió escalofríos recorer por su espina dorsal pero decidió ignorarlo.
"Sí..."asintió con pesar y tristeza.
"Alguna vez..."pensó en sus palabras"¿alguna vez te arrepentiste de irte?"le preguntó sin ninguna pizca de maldad.
"A veces"respondió tomando el tenedor y comió la comida que le habían hecho.
"A pesar de que hayan pasado tantos años tu nunca me olvidaste"adivinó Esther.
Mel sintió un déjà vu de emociones, la voz.. El tono de la Otra Madre parecía mucho más real, no parecía que estuviera actuando con su amor falso.
Habían pasado tantos años desde que ella había sonado así.
"No, nunca lo hice"admitió Mel a la mujer quién sonrió débilmente"Por más que lo intenté, nunca pude olvidarte. Te había llegado a amar y aceptar de maneras inimaginables pero me dio miedo que sea todo mentira, después de todo tu siempre necesitarás algo que comer".
"Tienes razón"aceptó"Pero hubiera hecho lo posible para mantenerte con vida, podría haberme alimentado de otras cosas hasta conseguir comida que me mantuviera viva, es mi naturaleza.. No puedo ignorar el hambre, no soy humana".
"Lo sé... y realmente a veces me arrepiento de no haberme quedado. Pero luego pienso y sé que no puedo volver el tiempo atrás, mi vida ya está hecha; me enamoré, me casé y tuve una hija. Cuando me mude al Palacio Rosa nunca pensé que te volvería a ver, supongo que mi mente escondió esa parte de mi vida hasta el fondo".
"Siempre dije enserio que te amaba, al menos luego de conocerte mejor. Me recordabas vagamente a mí, estabas sola en un mundo cruel y solo hacías lo posible por sobrevivir. Esos niños contigo eran crueles y sufriste mucho, realmente muy pocos llegaron a conmover mi corazón pero tu lo hiciste".
Mel sollozó débilmente"¿Cómo se que lo que dices es verdad y no es solo una frase más para manipularme?"preguntó sintiendo una opresión en el pecho.
"Está en ti creerlo o no. Tu sabes que yo no sé amar correctamente. como dije, no soy humana. Lo que para mí es normal para otros es aterrador, han pasado años desde que fui humana y mis recuerdos son vagos y confusos".
"A veces desearía haber sido una mejor madre para Coraline"le dijo Mel"creo que estaba tan concentrada en mi misma que olvidé por completo de su existencia"soltó una lágrima que la Otra Madre limpió suavemente.
"A veces las madres cometemos errores"le dijo tranquilizadora.
"Ella me odia, ¿no?"preguntó en un susurro.
"No te odia, pero no eres lo que ella desea. Desea alguien quien le preste atención y esté con ella, que la escuché y consienta. Su ser es más superficial de lo que tu fuiste, al principio fuiste fácil de manipular estabas tan rota que cualquier palabra animadora te atraería pero Coraline no necesita eso"le dijo suavemente.
"Te extraño"admitió Melissa"extraño tu lado bueno y amable, extraño cuándo tu amor era genuino pero sé que nunca volverás a confiar en mí, tu amor no puede ser real y eso es mi culpa"habló susurrante.
"No sé si alguna vez podría volver a amarte como lo hice en su momento"le dijo en un tono agridulce"Pero lo intento. Mi ser es incontrolable, me enojo fácil y me frustro cuando no consigo lo que quiero, no soy un ser fácil de amar".
Mel dejó su comida casi vacía y bajó la mirada a su regazo, se sentía vacía y sin vida.
No sabía qué reconocer como real y como mentira.La mujer era tan buena manipulando que la volvía loca.
"Lo siento"su voz sonaba depresiva y lejana.
Mel recordaba tantas situaciones y vivencias que había compartido con la Otra Madre que su mente se sentía cansada. ella la curó, la mimó, elogió y amó cuando nadie más lo hizo.
Recuerda aquella vez que había llegado al Otro mundo completamente indefensa y lastimada, no tenía apetito y su cara esta roja de tanto llorar, la gartanta le dolía demasiado.
La Otra Madre se preocupó por ella al instante, preguntándole que había pasado y ella decidió contarle la verdad, lo que le habían hecho ellos.
La mujer la abrazó, la curó y consolo en sus brazos hasta que se quedó dormida.Sí, la Otra Madre era cruel.
¿Pero en que la diferenciaba de las personas que la rodeaban? Ellos no eran mejores y aunque su cuerpo era humano su mente y corazón no."Yo también lo siento"dijo la mujer mostrando una expresión neutral.
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Melissa Jones y la puerta secreta [La Otra Madre x Mel Jones] ✔ -Terminada-
FanficMel Jones sintió escalofríos cuando una mano afilada se posó en su hombro firmemente. "Es hora de qué tú y yo hablemos, cariño"dijo la voz de la Otra Madre. Ya no se veía como ella, ahora estaba en su forma humana huesuda y pálida. Las uñas afiladas...