Epílogo

337 24 9
                                    

La brisa del mar acariciaba el cuerpo de ambos y los rayos del sol le besaban la piel. Los dos se encontraban muy cómodos, con sus cuerpos entrelazados, en una gran silla de playa. Las palmas que los rodeaban les brindaban la cobertura ideal con una sombra natural. Mientras que sus pies, colgando de un lado de la gran silla de playa, se enterraban en la preciosa arena blanca. Todo era perfecto, el paraíso que nunca imaginaron.

"¿Te quieres quedar aquí toda la tarde o te apetece hacer algo más divertido?" Le preguntó Santiago a Alicia, jugando un poco con el sombrero que esta tenía en la cabeza.

"¿Ya te cansaste de estar aquí conmigo sin hacer nada?" Le pregunto ella mientras soltaba una pequeña carcajada.

"No, para nada," le contestó uniéndose a su risa. "¿Cómo crees? Nunca me cansaría de estar contigo y lo sabes, pero es el hacer nada que me impacienta," le aseguró Santiago, bajando y subiendo el sombrero de ella, logrando bloquear la vista de Alice en algunos momentos.

"Tan activo vas a ser. ¿No te puedes relajar por un par de horas?" Le preguntó Alicia, alejando la mano de él de su sombrero y dándose un poco la vuelta para regalarle un pico en los labios, logrando así calmar sus movimientos.

"Llevamos cinco horas en esta playa. Mañana podemos volver. ¿No crees?" Le sugirió Santiago.

"Sí. ¿Y qué quieres hacer por el resto del día? Seguro que ya tienes algo en mente," le acusó Alicia, conociendo de sobra a su nuevo esposo.

"Pues no mucho," le aseguró Santiago, agarrando uno de los tiros de la parte superior del bikini de Alicia. "Subamos a la habitación y te cuento," le prometió Santiago a su esposa.

"Acepto, pero no me cuentes, mejor muéstrame," le indicó Alicia.

Santiago no dudó ni un segundo en atrapar los labios de Alicia, con los suyos, para devorarle la boca en un beso apasionado y darle tan solo una probadita de lo que le esperaba cuando subieran a su suite de recién casados.

The way to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora