#Cuatro.

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- En los sueños de HeeSeung, Koga siempre estaba presente. fuera un sueño bueno o malo, él despertaba tan triste como siempre. sintiendo el frío envolverlo y la soledad aplastarlo.

Pero ese no fue el caso ese día. Cuando cobró consciencia, sólo sentía calidez y una... ¿mano? acariciar la suya con lentitud y suavidad. HeeSeung alejó su mano con brusquedad, asustado. y al abrir sus ojos se encontró con el rostro adormilado de un chico. sus ojos estaban cerrados y parecía que el movimiento de su mano había sido inconsciente.

Los lunares en su rostro lo hacían ver inocente, y le resultó difícil desconfiar demasiado de él. Incluso si no sabía cómo o por qué estaba en su departamento. Con sutileza, acercó su dedo hasta la mejilla del chico a su lado y lo Hundió en su mejilla, conteniendo las ganas de exclamar 'awww' con mucha fuerza.

Jay abrió los ojos perezosamente y vio a HeeSeung examinarlo con curiosidad y recelo. Así que el le ofreció una cálida sonrisa tranquilizante al pelinegro, y con la voz más gruesa que HeeSeung había escuchado en su vida, Jay habló.

─ Buenos días, vecino.

HeeSeung le devolvió la sonrisa antes incluso de notarlo. Jay había comprado desayuno para ambos, y reposaba en su mesa, llenando su piso de un delicioso aroma. Cuando Jay se lo llevó a la cama, HeeSeung sintió ganas de llorar porque se sintió cuidado por primera vez en años.

Jay era una persona agradable, alegraba el ambiente y estar con él aseguraba risas. HeeSeung no quería dejar que se fuera de su piso, era repentino y vergonzoso (y no lo admitiría) pero...

HeeSeung no quería experimentar más días si Jay no estaba ahí.

HeeSeung no quería experimentar más días si Jay no estaba ahí

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