capítulo 8 - No hay mejor aliado que alguien que quiere una isla

6.1K 459 59
                                    

Daniell

Estoy hablando con esta chica cuando la veo. Hace un día hermoso; el sol brilla y la brisa golpea suavemente su rostro, viene caminando aferrada del brazo del Woods, levanta la cabeza para hablarle y luego sonríe.

Aún recuerdo cuando esa sonrisa me pertenecía, cuando era solo mía. Cada vez que me veía su cuerpo se tensaba y trataba de ocultarlo con una sonrisa. Aun provoco algo en ella, aunque trate de ocultarlo, aunque no estoy seguro de que sea lo mismo de antes.

Mientras más se acerca a la mesa observo mejor su jodida y perfecta sonrisa. Una electricidad recorre mi columna vertebral y hace que mis muslos se tensen. La brisa juguetea con sus mechones castaños mientras el sol vuelve sus ojos más claros.

Elevo la mano derecha para saludar a los recién llegados. Fuerzo una sonrisa para que no se note que me desagrada el hecho de que mi chica esté con ese imbécil que no la merece. No le da mucha importancia a mi saludo, y para joderme pega sus los labios con los de Woods.

Siento como mis cejas se fruncen, mi sangre se calienta y mis puños se cierran bajo la mesa. ¿Qué pudo verle a ese idiota? Es un tipo flacucho de lo más normal.

La chica a mi lado sigue hablando, pero elijo ignorarla, dejó de interesarme lo que está diciendo.

— ¡Llegaron los enamorados! — grita Konor, empeorando mi humor.

Hemos sido amigos desde la secundaria, al igual que con el resto de estos idiotas que están en la mesa. Pero, si sigue diciendo estupideces me veré obligado a cerrarle la puta boca.

— ¿Acaso olvidaron el pequeño detalle de no tardar? — como siempre Benjamine quejándose por todo.

Su hermana lo ignora y toma asiento mientras saluda en general a todos los de la mesa. Deslizo levemente mis lentes hacia abajo porque algo en su cuello llama mi atención y quiero ver mejor. El hijo de perra se atrevió a tocar. Vuelvo a poner los lentes en su lugar mientras oculto mi mal humor.

Una de las meseras del lugar se acerca a nuestra mesa con una bandeja en mano mientras me menea las pestañas, los botones de su camisa ahora estaban desabrochados, intentando mostrar no sé qué mierda porque ni tetas tiene.

— Su bebida, señor — dice mientras deja mi copa de whisky sobre la mesa — si necesita algo más solo avíseme.

Su voz chillona tortura mis tímpanos. Si sigue meneando las pestañas así en algún punto se le caerán.

Tomo la copa y de un solo sorbo la vacío.

— ¿No es muy temprano para eso? — por primera vez desde que llegó decide dirigirme la palabra.

— ¿Estás de juzgona, abejita? — ella ya sabe lo que eso significaba, así que, solo se limita a negar con la cabeza.

Le pedo otra copa a la mesera que sigue de pies junto a la mesa y se marcha rápidamente.

— Parece que la mesera ya te puso el ojo — broma Christopher mientras se lleva su vaso de jugo a la boca.

Todos en la mesa se ríen por un chiste sin gracia.

— Daniell, ¿asistirás con alguien a la boda? — pregunta la madre de Issabel en mi dirección.

Es una mujer encantadora, y los años parecen no haberle pasado. Una gran diferencia a la madre de Woods que parece más vieja de lo que es.

— ¡Lamentablemente no podré asistir al gran evento! — todos en la mesa quedan sorprendidos ante mi afirmación.

— ¿Por qué no asistirás? Ya te incluimos en la lista — esta vez habla la madre de Woods.

SÁCIAME  (Lazos de Placer #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora