Capítulo 34 - El tiempo no lo cura todo

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Issabel

¡Hola! — dice Daniell después de un largo silencio.

El corazón se me detiene como por quinta vez en un lapso de seis minutos. No lo había visto desde que se fue a Mykonos con Cristal, y aunque trato de ser fuerte y seguir adelante, la realidad es que todavía lo amo. Pero no puedo negar que también estoy enojada con él.

Me había traicionado de la manera más dolorosa posible, y eso no es algo que pude olvidar fácilmente. Trato de fingir que no lo he oído y desvío la mirada. Por más que lo intento no puedo moverme de este lugar.

Mientras él sigue de pies frente a mí yo solo puedo pensar en cómo me había lastimado. Después de un momento trato de ser educada y demostrarle que ya nada me afecta.

— ¡Hola! — le digo, pero la palabra me desgarra la garganta.

— ¿Cómo has estado? — pregunta y da un paso lento en mi dirección, pero yo retrocedo.

— No puedo hacer esto — respondo he inicio a caminar en dirección de la salida.

Necesito estar sola para procesar todo lo que estoy sintiendo. Aunque ha pasado tiempo desde que terminamos, el dolor todavía está aquí. El tiempo no lo había curado todo.

Salgo del club sin buscar a Emma y detengo al primer taxi que encuentro. Me siento sola y triste, y aunque sé que cuento con personas que nunca me dejarán sola no puedo evitar sentirme así.

Tal vez, sea porque ya me había acostumbrado a despertar con alguien a mi lado todos los días, alguien con quien compartir momentos especiales y con quien mirar hacia el futuro.

Tengo la cabeza llena de pensamientos y dudas, no sé qué hacer y no quiero estar sola esta noche. Busco mi teléfono en el bolso y entro al chat que tenía más de diez mensajes sin leer hace más de un mes.

Yo: ¿Puedes venir a mi casa?

Yo: Estoy en el departamento que me regalaron mis padres.

Aron: Claro, llegaré pronto.

Desde que terminaron las cosas con Daniell he visto a Aron un par de veces. Luego de ver lo que publicaron en aquella revista supo que algo no andaba bien y me contactó, no me quedó de otra que decirle la verdad, y aunque trató de ocultarlo era evidente su felicidad.

Ha intentado darme mi espacio, pero siempre que hablamos insinúa que deberíamos darnos otra oportunidad, y tal vez tiene razón, nos merecemos ser felices y cuando estábamos juntos lo éramos, solo tenemos que trabajar en algunas cosas y podremos construir una vida juntos.

El conductor se detiene en frente de mi edificio, luego de pagarle, salgo del auto y me dirijo a mi departamento, cuando llego me siento en el sofá de la sala y trato de ordenar mis pensamientos.

Se que debo dejar ir todo este dolor y enojo que estoy sintiendo, pero no es tan fácil.

Después de un rato de estar en el sofá me levanto y me dirijo a la cocina por un poco de agua, en cuanto me llevo el vaso a los labios suena el timbre de la puerta. Aron se demoró menos de lo que esperaba. Me dirijo a la entrada y la abro.

— Llegaste ant...

— ¿Esperabas a alguien? — pregunta Daniell con cara de póker.

Intento cerrar la puerta, pero él la detiene con una de sus manos.

— Vete de mi casa — gruño.

— No lo haré hasta que me escuches — responde.

— No quiero escucharte, ya lo hice lo suficiente.

SÁCIAME  (Lazos de Placer #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora