SÁCIAME (Lazos de Placer #1)

Capítulo 9 - Celoso

Issabel

Solo bastó que tocara el timbre una vez para que la puerta se abriera. Del otro lado está él, viéndose como el único que puede hacerme perder la cabeza, y eso es justo lo que él quiere, que pierda la cabeza por él, ¿y como no hacerlo? Él sabe justamente que hacer para conseguir lo que quiere.

Tal vez mañana me arrepentiré de haber venido a su casa, ni siquiera estoy segura de por qué estoy aquí. Solo sé que la idea de no volverlo a ver en mucho tiempo me deja un vacío en el pecho.

— ¿¡Abejita!? — su cara no parece sorprendida de verme, pero su mirada y sonrisa de suficiencia dicen que es justo lo que esperaba.

— Caminaba por aquí y decidí pasar a despedirme — miento.

En todo el día solo pude pensar en que él se iría, en que yo no le importaba en lo más mínimo como para quedarse el día de mi boda, pero lo que me molesta es que, cuanto Eva le dio el más mínimo de atención dejó de intentar que cediera a él. Probablemente ella obtuvo lo que yo quiero.

— ¡Tu hotel está muy lejos de aquí! — mira por encima de mis hombros intentando buscar algo — ¡no deberías estar aquí!

— ¡Acepto! — aquella palabra hace que los ojos se le oscurezcan y la sonrisa maliciosa aparezca.

Todo el camino hasta aquí estuve pensando cómo le diría que quería lo que me ofreció, pero solamente por una vez, aunque ahora estoy mejor que nunca con Aron no me lo podido sacar de la cabeza, y sé que si estoy una vez con él se me quitará este deseo que tengo por él y podré continuar con mi vida y casarme con Aron, sé que eso no es lo correcto, pero no sé qué otra cosa hacer para dejar de pensar en Daniell.

De todas cosas que pensé que le diría "Acepto" es lo único que me sale de la boca.

Justo ahora tengo los hombros tensados y el corazón a mil al pensar que Eva ya le dio lo que quería y ya no le interesa el estar conmigo.

— ¿Aceptas qué?

— Tu juego.

— Lo que estás aceptando no es un juego, y lo sabes.

— Lo quiero, Daniell — la voz sale casi en un susurro — lo... lo deseo.

Eso es todo lo que él necesita escuchar para apoderarse de mí. Abre la puerta por completo permitiendo mi paso. Caminamos por el pasillo hasta encontrar una de las salas de estar, de donde provienen algunas risas conocidas.

Al llegar a la sala, me encuentro con las cuatro caras que sospeché a quienes pertenecen las risas. Siempre habían sido el club de los seis, mi hermano, Daniell y estos cuatros. En la preparatoria eran inseparables y aún lo siguen siendo. Comparten muchas cosas, y no solo secretos.

Las risas se detienen en cuanto se percatan de mi presencia en el lugar, y las caras extrañadas se hacen visibles.

— ¿Issabel? ¿Qué haces aquí? — pregunta Nils, levantándose de su asiento.

— ¡Benjamín va a matarte! — le dice Konor a Daniell antes de que yo pueda responder.

— Ella está prohibida. ¡Lo sabes! — vuelve a hablar Nils mirando a Daniell.

— Ella ya tiene la edad de tomar sus propias decisiones — interviene Daniell.

Entiendo lo de estar prohibida, pero creía que solo era para Daniell. Ben nunca me dijo nada sobre no meterme con el resto de ellos. Tal vez, es porque ninguno de ellos aparte de Daniell me interesa.

Los chicos me agradan, en especial Nils, siempre ha sido el más honesto y centrado de todos, aunque a mi parecer creo que él tiene los secretos más perversos entre los chicos.