Capítulo 32 - El calor de una noche solitaria

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Issabel

Las mañanas de los primeros días de trabajo después de la ruptura fueron unas de las más difíciles de mi vida. Me despertaba con el corazón acelerado y los ojos hinchados de tanto llorar. Me tomaba todo mi valor levantarme de la cama y enfrentar el día, pero lo hacía. Me ponía mi bata de médico, tomaba mi maletín y me dirigía al hospital.

Durante mis turnos, trataba de mantener mi mente ocupada. Me concentraba en cada paciente, en cada diagnóstico y en cada procedimiento. Pero a pesar de mi esfuerzo por distraerme, mi mente seguía divagando hacia mi situación personal.

Recordaba cada momento de la relación con Daniell y me preguntaba una y otra vez cómo habíamos llegado a ese punto.

Pero desde la vez que conocí a aquel anciano en el parque todo cambió, inicié a sentirme útil y productiva, y ver a los pacientes mejorando gracias a mi ayuda me daba una sensación de satisfacción que había olvidado.

Además, mis colegas me brindaban su apoyo y sus palabras de aliento, lo que me hacía sentir menos sola en ese difícil momento.

En los días siguientes, seguí trabajando duro y tratando de centrarme en mi carrera médica. También me di cuenta de que había estado descuidando mi vida social y decidí que era hora de volver a conectarme con amigos y familiares.

Organizábamos algunas cenas y pasábamos unas noches agradable juntos, riendo y disfrutando de la compañía del otro. Me di cuenta de que había mucho más en la vida que una relación amorosa y que había muchas personas que me amaban y valoraban mi presencia.

A medida que pasaba el tiempo, fui recuperando mi confianza y mi alegría de vivir. Aprendí que podía ser feliz por mí misma y que la vida me ofrecía muchas oportunidades para hacerlo.

No había sido fácil superar la ruptura, pero había descubierto que era más fuerte de lo que pensaba y que podía enfrentar cualquier desafío que se me presentara en el futuro.

Me despierto temprano en la mañana y me doy cuenta de que estoy sola en mi cama. Mi primer pensamiento es para él, pero sé que ya no hace parte de mi vida.

Había sido difícil superar la separación, pero poco a poco lo he logrado. Me levanto y me visto para ir al hospital. Hoy tengo el turno de urgencias.

Al llegar al hospital veo que está lleno de pacientes esperando atención, me pongo mi bata blanca y me sumerjo en el trabajo, haciéndolo lo mejor posible. Me siento animada por poder ayudar a las personas que vienen en busca de ayuda médica.

— Últimamente has estado muy animada — observa Alex.

Alex ha sido un gran apoyo estos meses, desde que supo lo sucedido con Daniell ha estado muy pendiente de mí por si necesito algo, ha sido un gran amigo y colega.

— Igual que antes — le respondo.

— Y ya que eres la misma de antes, ¿salimos esta noche por unos tragos?

— No lo se.

— Yo invito — insiste.

— En ese caso, no puedo decir que no — le digo con una sonrisa — ¿Has estado muy ocupado últimamente? —pregunto para continuar la conversación.

— Sí, ha sido una locura. Parece que el trabajo nunca termina — responde Alex.

— También he estado muy ocupada — suelto un suspiro — la cantidad de pacientes que atendemos es cada vez mayor, no sé qué está pasando.

— Totalmente de acuerdo. Enserio necesito un respiro, ¿a qué hora termina tu turno?

— A las siete — le digo — ¿tienes algún lugar en mente?

SÁCIAME  (Lazos de Placer #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora