-𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑢𝑛𝑜

712 54 5
                                    

Ryu, ya vámonos -Llamó Jihyo a la pequeña Ryujin de sólo cinco años de edad.

Ésta tomó la mano de su madre y salieron del departamento, hoy tocaba comprar la mercadería.

¿Quieres algo en especial? -Le preguntó.

¡Fresas! -Respondió animadamente la pequeña, lo que hizo que Jihyo soltara una pequeña risa

Fresas entonces.-

Llevaban un buen rato comprando, Jihyo no iba tan seguido al supermercado por lo tanto cuando iba, compraba tantas cosas que duraban bastante.

Tenía una bolsa en cada mano llena de mercadería.

Caminaban de regreso cuando la mayor recordó que tenía que sacar dinero del cajero.

No demoraré mucho Ryu, tranquila.-

Está bien -Le regaló una sonrisa

Mientras su madre sacaba dinero se dedicó a observar el lugar, habían bastantes puestos y cruzando la calle había alguna que otra tienda y flores, un lugar muy lindo.

Se fijó mejor en el lugar y vió que cruzando la calle había algo que a cualquier niño le llamaría la atención.

Globos.

Sin pensarlo dos veces se dirigió hacía ellos, lo cuál implicaba cruzar la calle.

Ya terminé Ryu- ¿Ryujin? -Se preguntó Jihyo al ver la ausencia de su hija -¿Ryujin? -Preguntó otra vez buscando con la mirada

Al encontrar a la pequeña casi se le sale el alma del cuerpo.

Literalmente Ryujin estaba apunto de cruzar la calle cuando un auto a toda velocidad se aproximaba.

Inmediatamente salió corriendo hacia ella.

Estaba apuntó de tirar las bolsas al ver que el auto estaba apunto de atropellarla.

Sin embargo, eso no pasó.

Una chica de cabello largo tomó a Ryujin.

Muchísimas gracias, enserio -Agradeció apenada.

La chica se levantó y sacudió su pantalón.

No hay problema, es lo menos que podría haber hecho -Le sonrió

Enserio gracias, y disculpa por haber desperdiciado de tu tiempo, si hay algo que pueda hace.. -Fue interrumpida por la risa de la otra

Insisto, no fue nada, no te preocupes.-

¡P-Pero pudiste haber muerto!-

Mmmh... Tienes razón -Dijo al darse cuenta que había expuesto su vida -Pero de todos modos no quería dejar una madre sin su hija -Sonrió nuevamente.

La miraba incrédula, creía que estaba en una clase de sueño, nadie expondría su vida de esa manera.

Si quieres puedo darte dinero -Le ofreció, pero la chica negó -¡Te invitó a comer!

Eres muy insistente -Rió.

Es lo menos que puedo hacer después de lo que hiciste por mi hija, por favor, acepta que te invite a algo y te dejaré tranquila.-

Está bien, no tengo nada mejor que hacer -Se encogió de hombros y tomó una de las bolsas de Jihyo -¿A dónde iremos?

No lo se, ¿Tienes alguna sugerencia? -Preguntó tomando la otra bolsa y agarrando la mano de Ryujin.

𝗨𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 " 𝗽𝗮𝗽𝗮́ " 𖦹 JITZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora