35

2.4K 239 67
                                    


Sábado.

¡La gran cena familiar llegó!

Estoy nerviosa. Me he paseado de lado a lado, intranquila, esperando a que Chase pase a buscarme junto a Margareth. Ya tengo todo preparado, incluyendo mi mochila con las cosas para quedarme a dormir. Traigo puesto el vestido que Chase y yo compramos el miércoles por la tarde, los tacones que Anne me prestó para la ocasión, los cuales están acordes con el vestido azul que llevo puesto, he tomado mi cabello —ajá, hice esa excepción por esta noche— y he escuchado el sermón de mamá. Ah, y ya oré para no estropear el momento.

Por Dios que deseo darle una buena impresión a la familia de Chase para que no me terminen odiando debido a mi torpeza.

Margo me detiene por los hombros.

—Estás hermosa, prima. No tienes de qué preocuparte. Ven —me guía hasta el sofá—, tranquilízate un poco.

—Dios... —murmura papá, quien niega con la cabeza— si se pone así de nerviosa ahora, no quiero ni imaginar en la boda.

Todos en la sala nos ponemos a reír. Ese comentario es como los que Anne haría.

Y ahora que menciono a Anne —gracias, pensamiento—, diré que aún estoy molesta por lo que hizo. No sé si acostarse con Jax era parte de su «plan de destrucción», aunque lo dudo.

Terminó cavando su propia tumba después de todo y, siendo sincera, no quiero decirle «te lo dije» cuando el estúpido de Jax se aburra de ella como lo hizo con Claire y Sussie. Aunque él parece entusiasmado con Anne, pero actuaba igual con las dos anteriores. Estoy preocupada y molesta con mi amiga, la quiero golpear.

Los sonidos en la puerta me traen de repente a la realidad. Ese molesto dolor en mi estómago renace al ver como mamá abre la puerta dejando que Chase se asome.

¿Recuerdan cuando Chase le pidió a papá salir conmigo? Pues luce exactamente igual. Claro, dejó de lado ese absurdo peinado lleno de gel y ahora trae su cabello más alocado.

Saluda a mis padres, luego a Margo y John. Finalmente, se detiene frente a mí y me mira de pies a cabeza con una sonrisa que derretiría al mismísimo sol.

Que absurda comparación, Michi.

Denme créditos al menos, estoy nerviosa.

—Estás bellísima... —comenta cuando nos subimos al asiento trasero del auto de Margareth. Muerde su labio inferior mientras yo trato de no pensar en lo que pasa por su cabeza en este preciso momento.

—Y tú querías que usara un vestido viejo...

—Confieso que las horas de sufrimiento en el centro comercial valieron la pena. —Pasa su brazo por mi espalda y me apega a él—. ¿Sabes? —murmura cerca de mi oreja— Podría decirle al tío Marcus que nos deje dormir en una habitación, juntos los dos... Ya sabes, como para repetir lo de año nuevo.

—Ni lo sueñes —se apronta a decir Margareth antes de replicar—. Nancy me pidió estrictamente que duerman en habitaciones separadas.

Chase murmura entre dientes, yo solo atino a reír.

—¿Cuántas personas habrán en la cena? —pregunto, inclinándome hacia el asiento de adelante.

—Unas treinta personas me parece —responde Margareth—. Somos una familia muy numerosa, ¿sabes, linda? Solíamos ser más cuando estaba casada con Josh.

Con Josh se refiere al padre de Chase.

No entiendo por qué motivo no me los puedo imaginar cenando a todos felices en una mesa. Tal vez estoy siendo demasiado subjetiva ante la imagen que tengo del padre de Chase.

Rompiendo tus reglas ⚡️Versión antigua ⚡️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora