Demoniac Passion

Capítulo 1

Capítulo 1

Vadier

Era una noche oscura en el séptimo círculo del infierno, donde todos aquellos repletos de violencia, de ira y de intenciones crueles, eran torturados por sus pecados por la eternidad.

De alguna manera había llegado a su fin un día normal al fondo del pozo y el lucero había dejado de brillar en lo alto del infierno, sin embargo una batalla nos esperaba a todos los iluminados.

Mire sobre mi hombro a la cantidad de sucubos que habian quedado tendidos por toda la habitacion, el aroma a sexo predominaba en el ambiente, entre las sabanas de mi cama se encontraba Luzbel, hija de Lucifer a quien se le habia prometido reinar el infierno al morir los primeros ángeles caídos, necesitaba más estatus del que me otorgaba mi propio padre y aquella era una forma de obtenerlo.

Esa noche se tenía previsto que derribaremos las fronteras del cielo y someteremos a cualquier ángel que se interpusiera entre la divinidad suprema y nosotros.

Apreté mis puños con fuerza clavando mis largas uñas en mis palmas, con un grito de enojo hice salir a todo súcubo de mis aposentos provocando así, que hombres y mujeres corrieran en paños menores saliendo a tropezones de la estancia, tendría que encontrarme comandando a mis guerreros en el quinto círculo rumbo al desierto establecido en la ciudad del limbo como habíamos acordado la noche anterior tras hablar con los 7 poderosos y sus descendientes, sin embargo me había dejado enrolar en mis placeres y había perdido tiempo valioso.

– Querido mío, regresa a la cama que aún queda tiempo para la invasión –dijo la pelirroja adormilada palmeando el sitio junto a ella que antes había ocupado–

– Mi querida Luz, princesa del infierno. Tu falta de ambición nos llevará a la ruina -respondió tranquilamente lanzando un beso al aire antes de alejarse del ventanal en el cual me había asomado a ver el exterior, salí del cuarto cubierto por una fina túnica de seda, recorrí los pasillos de aquella sección del palacio hasta llegar al salón real donde un báculo al centro me mostraba imágenes de la ciudad, callejones donde buscaba almas débiles de mente a las cuales torturar, estuve a punto de dejarlo cuando algo llamó mi atención, un hombre con un tatuaje que conocía de ya hacía bastante tiempo–.

– Es tierra de nadie, pequeño ángel.