Seducción

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"My lover's got humor

She's the giggle at a funeral

Knows everybody's disapproval

I should've worshipped her sooner

If the Heavens ever did speak

She is the last true mouthpiece

Every Sunday's getting more bleak

A fresh poison each week

'We were born sick,' you heard them say it

My church offers no absolutes

She tells me 'worship in the bedroom'

The only heaven I'll be sent to

Is when I'm alone with you

I was born sick, but I love it

Command me to be well

Amen. Amen. Amen

Take me to church

I'll worship like a dog at the shrine of your lies

I'll tell you my sins and you can sharpen your knife

Offer me that deathless death

Good God, let me give you my life..."

(Take me to Church / Hozier)


En mi departamento, comienzo a mover lentamente mis hombros, dejando escapar esa magia que desbordan los acordes de esta canción que no ha salido de mi mente desde hace dos semanas...

Esbozo una sonrisa de medio lado y ahora muevo la cabeza en círculos complejos que me llevan a viajar por cada nota, paso mis manos desde mi cuello hasta mis muslos, me hago consciente de este glorioso momento y de las curvas de una escultura que conozco a la perfección: mi cuerpo.


¡Qué bien se siente seducir!, ahora muevo mi cuerpo, la música sigue y sé que Él, me observa desde la ventana de su apartamento que está justamente frente al mío.


Sé lo que pasa, Cerati me dio la idea con su "persiana amereicana", además Él me encanta y hasta hoy lo sabrá. En ningún momento volteo a mirarlo, no me interesa, la seducción es complacer al otro mientras te complaces a ti mismo, y yo disfruto de este "performance" meditado en intención e improvisado en acción.


Sus cortinas blancas, transparente, esconden con timidez y excitación sus profundos ojos color marrón claro, lo sé porque veo su silueta a través de la luz que permite ver su silueta, tan perfecta para mí.

Y llega la parte clímax de la canción, levanto los brazos en suave zigzag y paso mis manos al broche de mi brassiere con lentitud, no volteo a su ventana, quiero que sepa que esto es un regalo para Él, pero no quiero que vea lo que hay debajo de la envoltura a menos que toque mi puerta y Él sea quien se encargue de descubrirlo.


El método infalible, mi cabello y ese tono verde que decidí añadir como mi toque a un estilo que intenta ser mi bandera ante el mundo, tomo con mis dos manos mi cabello y lo levanto...giro la cabeza para agitarlo.


Bailo, y lo hago por mí, por todas esas veces que la pena o la vergüenza trasplantada sin aviso ni permiso, se colocó durante muchos años de mi vida con infundios egoístas y sexistas sobre lo que las mujeres "debemos" y "tenemos" que hacer.


Bailo, porque alimento a mi ego y a mi entorno, siendo una mujer que se ama y se siente esta majestuosa diosa que sonríe al vigilante del centro comercial donde se encuentra el gym que tantas gotas de voluntad me han costado, vibro como en esa canción que escucho con mis amigos en el restaurante favorito, enfrento como a mis miedos de ser una emprendedora que a pesar de las pruebas, hoy soy quién decidí ser y no me importa nada más.


¿Qué tiene de malo desear a un hombre y hacerle saber eso?, ¿acaso no es eso lo que también deseamos las mujeres?, bueno pues yo estoy haciéndolo, me encanta, me gusta y no lo hago con quién se cruza en mi camino pero si en mi libido.


Bailo, para seducirlo a Él y a mí, después de esas dietas milagrosas que sólo me hicieron odiar al espejo, los comentarios de algunas personas que decidí alejar de mi vida, después de entender que mi cuerpo y mi sexualidad son mías.

Bailo, para contárselo a otras mujeres, para liberarse de esas cadenas impuestas por una sociedad con secretos, que ama el sexo pero le tiene miedo a enamorarse, cuando la realidad es que puede haber sexo sin amor y amor sin sexo.

Por esas mujeres, que se reúnen sin falta en el desayuno o en la cena, que al final de la tertulia, cuentan sus aventuras y sus pecados.


Por las que esbozan una sonrisa, al final de contar ese encuentro y su público son mujeres deseosas de más historias. Aquí está la mía.

Me perdí en mis pensamientos, mi baile se torno más desenfadado y la canción se repitió casi cuatro veces o más, ya no sé.


¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!....el timbre de mi departamento.

Abro la puerta, Él me calla, me mira a los ojos después del vistazo rápido a mis senos desnudos y me dice: - sé lo que estás haciendo...y sería un crimen estar tan lejos, estando tan cerca.-


Me fundo en un beso, siento su lengua explorando mis deseos y el escenario es mi habitación, mi invitado está donde debe de estar: frente a mí, las luces a la mitad, lo empujo hacia mi cama y yo...soy yo.


La música sigue sonando, ¡Oh Hozier!...

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