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MADISON WILLIAMS
Diego y yo estábamos en la sala de la academia sentados en el sofá una en cada esquina de este, yo simplemente estaba haciendo levitar unos papeles que había en la mesa y Diego tenia la mirada perdida.
─Oye Diego ─rompí con el silencio, dejando esos papeles en la mesa
─¿Si? ─respondió girando su mirada hacia mi
─¿Puedo acerté una pregunta?
─Claro, pequeña, ¿Qué sucede?
─Es que... ─hice una pausa al sentir que un nudo se formaría en mi garganta─ Quería preguntarte porq-
No pude terminar de hablar pues toda la academia comenzó a temblar. Diego y yo nos vimos a los ojos y salimos corriendo.
─¿Qué diablos esta pasando? ─pregunto Diego al haber llegado a las habitaciones en las que estaban Luther, Allison, Klaus y Pogo
─¿Y esas explosiones? ¿De donde...?
─Es Vanya ─Pogo interrumpió a Klaus─ Tienen que ponerse a salvo. Salgan de la academia
Diego tomo mi mano y junto con Klaus salimos corriendo por un pasillo
─No olviden a mamá ─se escucho la voz de Luther a nuestras espaldas
Llegamos a al sillón en el que Grace siempre solía tejer, pero no estaba ahí. Y ya la habíamos buscado por casi toda la academia.
─¡Mamá! ─la llamo Diego─ ¿Dónde esta? ¡Mamá!
Seguimos buscándola hasta que unos pedazos de sementó del techo cayeron sobre nosotros. Caímos al suelo y comencé a escuchar un zumbido en mis orejas, y trataba de no cerrar mis ojos.
─¡Diego! ¡Madi! ─pude escuchar la voz de Klaus, y sentir como me sacudía por el hombro
Trataba de levantarme pero antes de poder hacer cualquier cosa sentí como me jalaron de mi brazo, moviéndome del lugar en el que estaba. Comenzó a levantarme con mucho esfuerzo poniendo una mano en mi cabeza que me daba vueltas.
─Arriba ¡Rápido, vámonos! ─exclamo Klaus ayudándonos a mi y a Diego a levantarnos del suelo para comenzar a correr
Con mucho esfuerzo logramos salir por la salida de emergencia de la academia.
─Ey ─le dijo Digo Diego a Klaus─ Nos salvaste la vida, hermano. Gracias ─lo abrazo
A lo que Klaus volteo a ver a la nada e hizo una seña de confusión a lo que yo lo mire con cara de confusión pues no había nadie en donde estaba dirigiendo su mirada.
─Mamá ¡Mamá! ─exclamo Diego separándose del abrazo al ver a Grace en una habitación de la academia
