«Y se apagó, como se apaga una vela encendida, se sopla de golpe, se cierra la llama y se acaba la vida»
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OMNISCIENTE
Madison se encontraba recostada en su cama con la mirada puesta en el techo mientras tenia un mal presentimiento, después de que regreso de ese gimnasio en el que vive su padre presentía que algo malo pasaría, algo relacionado con la detective Patch, pues ese mal presentimiento llego desde que Diego fua a ayudarla.
Sin mas y con la intriga de que pudo haber pasado tomo un pañuelo negro de un cajón y una radio, puso un canal con estática, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y se coloco el pañuelo en los ojos bloqueando su vista.
De un momento a otro se encontraba en una habitación completamente negra sin paredes con una delgada capa de agua a sus pies, dio unos pocos pasos y se encontró con una escena desgarradora, lo único que vio fue a Patch tirada en el suelo sangrando por una herida de bala en el pecho y Diego llorando mientras la abrazaba.
Madison rápidamente se quito el pañuelo que le cubría la vista mostrando sus ojos húmedos después de ver aquella escena.
─Maldición ─soltó en un murmullo
Se quedo unos minutos sentada en el suelo con la mirada perdida y la mente en blanco, que aunque ella no hubiese convivido mucho con Patch su muerte si la hizo sentir triste.
Pues también por su mente paso una escena que ella quería borrar de su memoria; el día en que su madre murió, siquiera ella puede entender que clase de degenerado puedo asesinar a su madre frente a ella.
Madison se levanto del suelo y se recostó en su cama cubriéndose con las sabanas mientras caía en llanto después de ese recuerdo, hasta que callo profundamente dormida.
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Ahora Madison se encontraba en la academia pues ¿Qué otra cosa podría hacer? se preguntaba, de cualquier manera el mundo se va a ir al carajo y ni siquiera podía ayudar en algo.
