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MADISON WILLIAMS
Nos encontrábamos caminando por un callejón mientras Luther cargaba a Cinco en brazos y este ultimo aun abrazaba al mismo maniquí con el que estaba en la biblioteca.
─No podemos volver a casa, no es segura ─dijo Luther─ Esos psicópatas podrían volver en cualquier momento
─El gimnasio esta mas cerca, nadie lo buscara ahí ─respondió el latino
─¿En serio sigues viviendo es ese gimnasio? ─pregunte viéndolo
─Si, bueno es que... ─no termino de hablar pues Cinco había soltado un eructo haciendo que Luther hablara y lo interrumpiera
─Si me vomitas encima...
─¿Sabes que es chistoso? estoy en la pubertad, otra vez. Me tome hasta la ultima gota, eso es lo que haces cuándo el mundo que amas se va al diablo. Puf, adiós ─simulo una explosión con su mano─ ¿De que estaban hablando?
─Dos enmascarados atacaron la academia anoche, te buscaban a ti, así que concéntrate ¿Qué quieren ─dijo Diego con la mirada al frente
─Son Hazel y Cha-Cha ─respondió
─¿Quienes?
─Odio los seudónimos ─dijo Luther
─Son los mejores. Sacándome a mi, claro
─¿Mejores en que?
─¿Saben? Ella siempre odiaba cuando bebía, decía que me ponía gruñón ─que raro es
─¡Ey! ─lo regaño Diego─ Necesito que te concentres, ¿Qué es lo que quieren esos Cha-Cha y Hazel? ─Cinco lo miro con una sonrisa─ Queremos protegerte
─¿Protegerme? No necesito protección, Diego. ¿Sabes cuantas personas maté? No. Soy el maldito cuarto jinete, y ya viene el apocalipsis ─voltio su cabeza para vomitar
─Que asco ─entrecerré los ojos con una mueca de asco
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Llegamos al gimnasio en el que Diego trabaja y adentrándonos en este llegamos a la "Casa" de Diego pues era como una habitación amplia que se compartía con todo lo que tiene una casa por dentro.
─Míralo. Si no supiera que es tan cobrón, diría que se ve adorable mientras duerme ─dijo Diego mientras veía a Cinco dormir en su cama
─Descuida, pronto se pondrá sobrio y volverá a su desagradable estado natural
Yo solo estaba escuchando su conversación sentada en silla, pues no tenia nada que aportar.
─No puedo esperar tanto, debo averiguar que lo conecta a esos lunáticos, antes de que muera alguien más
──Oye, todo eso que dijo antes ¿A que crees que se refería? ─pregunto Luther
─¿Te refieres a lo del apocalipsis y el fin del mundo ─hable por fin, con los brazos cruzados, recargada en la silla y una ceja levantada viendo a ambos
─¿Tu sabes algo sobre eso? ─cuestiono Luther, a lo que yo asentí levantando los hombros
Antes de alguien mas pudiera decir algo se escucharon unos pasos que venían hacia nosotros desde afuera, a lo que Diego se acerco lentamente a la puerta con la intención de lanzar un cuchillo.
─Si me lanzas uno más de esos malditos cuchillos, voy a presentar cargos ──Entro hablando un señor del cual no tengo ni las mínima idea de quien es
─¿Qué quieres, Al?
─Yo no soy tu secretario, te llamo una señorita, dijo que necesitaba tu ayuda
─¿Quién era?
─No lo sé, una detective, creo que dijo que se llamaba Blotch o algo parecido
─¿Patch? ─preguntamos yo y Diego al unisonó
El señor solo alzo los hombros en señal de que no recordaba el nombre.
─Necesita mi ayuda
─Me dijo que te espera en ese motel de la calle Calhoun
─¿Cuando?
─Hace como media hora ─el señor comenzó a irse de la habitación─ Dijo que encontró a tu hermano
─Eso no tiene sentido ─dijo Diego mientras miraba a Cinco quien seguí durmiendo
Diego y Luther cruzaron miradas para luego hablar al mismo tiempo.
─Klaus
Diego salió de la habitación cerrando la puerta detrás de el
─Claro nosotros dos nos quedaremos con el...
Pero antes de que pudiera seguir hablando a los pocos segundos Diego regreso.
─Madi ─me llamo en cuanto entro─ Regresa a tu casa ¿Si? no creo que sea de tu agrado quedarte aquí
─Si, esta bien
─Pero ve con cuidado ─me dio una media sonrisa y ahora si se fue
─Bueno, te quedaras solo con el ─le dije a Luther mientras le daba leves palmadas en el hombro─ Suerte, espero y no te vomite encima, otra vez
Sali de ahí y espere unos cuantos minutos afuera del gimnasio hasta que llego un taxi para poder ir a casa.
