>03: Roce<

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«Vinsmoke Sanji se ha acostado con media facultad de gastronomía, es un lobo que ataca a hombres y a mujeres»

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𝗥𝗨𝗠𝗘𝗨𝗥𝗦
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—¡Es tan injusto!— exclamó Shachi con reproche observando al azabache con un puchero —¿Por qué lo eligió a usted? ¡Yo soy pelirrojo!

Law masajeó su sien y cerró los ojos por unos segundos tratando de calmarse, ya había tenido suficiente con el trato-chantaje que tuvo con la ladrona esa tarde. No quería lidiar con los problemas de celos ciegos de su compañero de piso, así que se limitó a lanzarle una mirada amenazante.

Shachi entendió a la perfección y siguió comiendo cabizbajo, refunfuñando entre dientes mientras organizaba los contactos del móvil del azabache. Law sobornó a su compañero con pizza para que realice esta labor, sinceramente a él como dueño del móvil le daba mucha flojera cambiar los nombres de cada contacto y asegurarse de que fuese el número correcto.

Mikan Nami era astuta.

Debía ir con cuidado de ahora en adelante.

Terminó la pizza y fue a su habitación, cerró la puerta y sin dudarlo tomó su portátil para acostarse y tratar de buscar paz. Monótonamente se dedicó a ver las historias de Instagram de cada persona a la que seguía, amigos de la universidad, uno que otro profesor, su familia, hasta que dio con una historia en específico que casi le caer el ordenador de las manos.

Era la pelirroja ladrona y no estaba sola, ¿en qué jodido momento tomó esa foto? Era ella sonriendo y sacando la lengua juguetonamente mientras él tomaba un café con el ceño fruncido. Era un foto de esa misma tarde, ¿cuándo fue que sucedió? Quizá Law sonara como un amargado de mierda, pero ella era una chica a la cual acababa de conocer, no había confianza y por ende; tampoco consentimiento de que tomase una fotografía de ambos y la subiera a redes sociales.

Era una confianzuda total.

Dejando su pequeño disgusto, la curiosidad le bailó en la piel y con pequeño interés se digirió al perfil de la chica, tenía un feed muy pintoresco y versátil. Habían fotos de ella, posando en paisajes bonitos, otras de pinturas al óleo, del cielo, mandarinas, fotos con amigos... ¿De dónde esa bruja conocía a Eustass Kid? Tenían una foto juntos sonriendo ampliamente, incluso este último la cargaba al estilo princesa.

Era un poco borrosa pero Law lo reconocía, ese hombre de cabello color chili era uno de sus némesis, ¿es que acaso esa mujer era todo lo que él odiaba? Suspiró y dejó el portátil en su escritorio de nuevo, no ganaría nada dándole vueltas a situaciones que no le importaban.

Cerró sus ojos y se entregó a los brazos de Morfeo.

Ah, si gimió la pelirroja sujetándose de su cuello, ella le acompañaba en el vaivén de caderas y se sentía hipnotizado al ver cómo esos pechos redondos de aureola rosa bailaban para el. Humedeció su pulgar con saliva y lo dirigió a la entrepierna de la muchacha, dando caricias rítmicas al clítoris de su víctima.

Los gemidos se vieron silenciados, la pelirroja blanqueaba los ojos debido al placer abismal al que estaba siendo sometida. Mordía sus carillos con fuerza, tratando de ser lo más silencios posible; molestando al moreno. Con rudeza tomó sus mejillas con una mano y la besó con vehemencia. Demandado cada parte de aquellos labios pomposos.

La temperatura incrementaba y el clímax estaba cerca, el moreno incrementó el ritmo de las embestidas provocando ruidos obscenos en ambos cuerpos. La cama rechinaba con cada movimiento, el fin se sentía por cada poro de su piel y lo sabía. Acabaría pronto.

𝕽𝖚𝖒𝖊𝖚𝖗𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora