Capítulo | 07

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Narra | Mikey

Poco a poco abrí mis ojos, sintiéndolos bastante pesados.
Al darme cuenta de que no estaba en casa, si no que en un lugar oscuro y desordenado por completo; las ventanas estaban rotas y sucias, con cortinas grises desgarradas pero aún cumplían su labor, el piso era de madera, el polvo y suciedad abundaba allí, también me dí cuenta de que las maderas sonaban. Además, me fijé en los papeles y fotografías tiradas, la mesita de noche desarmada, aparentemente alguien la tiró en un momento de rabia, y la cama que se encontraba allí, estaba destendida, se notaban manchas de sangre secas en las sábanas, de igual forma, podía apreciar unas vendas tiradas debajo.
Yo no entendía nada, no sabía ni qué lugar era este. Pero recordé lo sucedido.

___ me tenía secuestrado, por eso me extrañó mucho que las sogas alrededor de mis piernas y muñecas no estuvieran atadas con fuerza, al contrario, habían sido delicados al colocármelas.
Ahora, una pregunta rondaba por mi cabeza, ¿acaso ella vivía aquí? Si su hogar estaba en tan malas condiciones, podría haberle hecho un espacio en casa...

-___...-

-Veo que ya despertaste, te traje algo, pero antes...-
Desató mis manos, sobando y dejando un pequeño beso en las sonas que estuvieron con la soga, después, me entregó una lata de bebida.

-Bien, Manjiro, supongo que te preguntarás '¿qué carajo hago aquí?', voy a responderte esa duda.- ella tomó asiento en su cama, cruzando las piernas y tomando un refresco de uva.

-Pienso eliminar a todas las personas que te han estado alejando de mí, como la rubia... ¿la recuerdas? Creo que se llamaba Kyoko, la que se te declaró más de una vez.- hablaba con una sonrisa. Vamos Manjiro, no lo pienses.. No... no quiero pensar en que ___ tiene algo que ver en la desaparición de Kyo, no quiero y no puedo creerlo.

-¿Qué mierda, ___? No empieces a bromear, sabes que ella está desaparecid-

-La maté, la he matado, tal y como lo hice con ese grupo tan asqueroso, tal y como haré con el resto de la escuela.
¿Acaso no lo notas, Manjiro? ¡muchas personas, no solo chicas, quieren que te alejes de mí! Lamentablemente, yo no puedo permitirlo.- tiró la lata que tenía en sus manos, manchando aún más el suelo.
Suspiré, sabía que ella no mentiría con algo así, y menos por la manera en la que está actuando en este momento. La amo, sin embargo, no puedo permitir que mate a más personas por mi culpa.

-___, dices no permitir que alguien me aleje de tí, ¿pero acaso no ves que tú sola estás alejándome?- me dolía decirle aquellas palabras, pero no tenía otra opción. Fruncí el ceño y la miré con 'odio', un odio realmente inexistente que era necesario mostrarle.

Ella se paralizó por unos segundos, no emitía sonido ni palabra; finalmente, me miró sin responder, como si no le hubiera llegado nada de lo que he dicho.

Narra | ___

¿otra vez todo es mi culpa?

¿de verdad es mi culpa?

¿por qué?

Desde que tengo memoria, yo siempre he tenido la culpa de todo...
Desde que nací, solo causo problemas, incluso desde antes.

Cuando mis padres se enteraron que tendrían un bebé, ninguno tuvo ganas de tenerme o cuidarme. Aún así, mi madre biológica decidió dar a luz.
Mi abuela, al enterarse de mí, la echó de casa, tratándola de la peor forma posible cuando lo hizo.

Pasamos a vivir con papá, quien con el paso del tiempo cayó en la adicción del alcóhol debido a... nada, solo lo hacía por gusto y ya, o quizás por esta no ser la vida que él pidió.

Combatía con sus problemas al golpear e insultar a su mujer e hija, ambas debíamos soportarlo debido a que no teníamos más opciones que elegir, además del supuesto amor que sentía mamá hacia él.

Finalmente, papá dejó a mi madre, quien lloraba desconsoladamente por ese hombre, el mismo hombre que estaba dejándola por otra mujer "mucho más hermosa que ella", esas fueron sus palabras, en cuanto mamá le preguntó "¿por qué?", las palabras que salieron de su boca fueron...

-¿Acaso no ves que tú sola estás alejándome?-

Seguido de eso, una cachetada, y otra, y otra, que se volvieron puñetazos llenos de ira, dejando a la mujer tendida en el suelo y sangrando, lo único bueno era que ya no tendríamos que soportarlo más...

¿por fin podría vivir una vida tranquila?

Error

Todos los días mamá se encargaba de hacerme recordar que yo no debía de haber nacido, que siempre he sido algo no deseado para ellos... Que por mi culpa, el hombre que amaba, la dejó.

De igual forma, tampoco cesaron los golpes, si antes era por papá, ahora era por mamá.

¿era normal que pasando los años dejara de sentir dolor físico?

Me sentía vacía y sin propósito en el mundo por las palabras de la mujer que me trajo.

Pero todo tiene un fin, y ya todo terminaría con ella, me sentía cansada.
Quería vivir, no "solo vivir", si entienden a lo que me refiero.

Justamente, eso hice, terminé con su vida.
No me dolía, ni tampoco me sentía mal, por fin pude sentir... ¿libertad?

•••

Escapé de casa, cientos de cosas me pasaron durante esos meses.

Golpes, palizas, hasta abusos que sufrí con tan solo 10 años.

Pero... todo cambió cuando la conocí a ella, Amelia.
La adoraba, era como la madre que yo nunca pude tener.
Amable, atenta, amorosa, me regañaba cuando debía, pero poseía un gran corazón, ella me enseñó muchas cosas hermosas de la vida.
Me enseñó amor, un amor maternal que jamás había recibido.

Lástima que... ella falleció dos años después, fue atropellada cuando cruzaba la pista dirigiéndose a 'nuestro hogar', recuerdo exactamente las palabras que me dijo antes de salir, "mi niña, vendré con fresas, harina y huevos para que hagamos un pastel las dos juntas, no estés triste, ¿si?".

•••

Todas mis esperanzas se esfumaron en cuanto ví a la ambulancia llevándola, pero cubriendo su rostro y cuerpo.
Para mí fue más que evidente que... ella no regresaría más.

-Nana... me prometiste que... haríamos un pastel... ¿por qué?-

Siempre pensé que esto también era mi culpa, si tan solo ella no hubiese salido, si tan solo yo no hubiera llorado, nada de esto habría sucedido.

•••

Cuando tenía 14, lo conocí a él, Manjiro Sano.

Él se volvió mi luz en esta vida tan desagradable, fue quien me salvó...
Pero sin embargo, ¿ahora me dijo las mismas palabras?...

•••

No me había dado cuenta de que estaba llorando, rápidamente dejé de hacerlo para limpiar mis ojos y mejillas.
Esbocé una sonrisa y reí con fuerza.

-Manjiro, no sabes lo que dices.-

Até sus manos otra vez, pero ahora sí, aplicando demasiada fuerza, a tal punto de dejar rojas sus muñecas.

Tomé mi abrigo y volteé, observándolo antes de retirarme.

-Ya vuelvo cariño, nadie más nos volverá a molestar.-

Mi amor por tí - Manjiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora