Rei & Mei

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El mutuo acuerdo de una no-relación entre Rei y Deidara tuvo un ardiente comienzo. Los juegos mentales, manipulación y luchas de poder eran parte de cada uno de sus encuentros, y eso era precisamente lo que tenía tan hipnotizado al uno por el otro.
Lamentablemente, ambos tenían misiones que cumplir y ese tiempo que pasaban separados dejaba mucho espacio para la imaginación. Deidara era posesivo con Rei a pesar de que ella jamás le dio motivos para serlo, nunca parecía tener ojos para alguien más, pero aún así Deidara se tomaba la libertad de espantar a cualquier chico que siquiera intentara hablar con ella. Los celos injustificados de su amigo la irritaban hasta el punto de gritarle idiota e ignorarlo por días. Ella no era posesiva, pero tampoco negaba que sentía cosas por Deidara y a diferencia de él, ella sí tenía motivos para sentir celos. Gracias a su reputación, ella misma había escuchado las historias de cómo llevaba a distintas chicas a su habitación del hotel, pero no le importaba, o al menos eso quería creer. Cuando decidió que Deidara sería su primera vez, también estaba dentro de sus planes manipularlo hacia la exclusividad. Rei se esforzaba por ser lo suficientemente deseable para que Deidara no quisiera ir tras otras chicas, y había toda una maquinación mental tras cada uno de sus movimientos para lograrlo. Lo que Rei no contempló fue que cuando discutían y dejaban de hablarse por días, Deidara no dejaría de salir con Hidan. Cada vez que lo veía regresar a la mañana siguiente con la camisa mal abrochada y el cabello desordenado, sabía que no había pasado la noche solo, y la frustraba, pero también la angustiaba hasta el punto de hacerle sentir un nudo en la garganta. Ella jamás podría acostarse con otro chico, no veía el atractivo en el sexo casual con extraños. ¿Qué tan divertido podría ser hacerlo con alguien que no te conoce y a quien no le importa si estás disfrutándolo o no? No juzgaba a quienes lo hacían, pero para ella sonaba como una pérdida de tiempo y no lograba llamar su atención. Y quería que Deidara lo supiera, pero de una forma más sutil y arrogante. Le molestaba tanto el tan solo imaginar que tocaba a otras chicas como lo hacía con ella que apenas se le daba la oportunidad, le hacía comentarios cargados de dobles intenciones para hacerlo sentir mal sobre lo que hacía. Así como su plan original, Rei hacía más y más planes, todas sus movidas tenían una intención oculta, y gracias a su inteligencia, Deidara caía siempre en sus redes, aunque a veces lo dejara escapar.
Como era usual tras cada discusión, llegaba la noche en la que Deidara ya estaba demasiado cansado para salir e Hidan salía sólo. Ese era justo el momento que Rei esperaba para hacer su movida.

- ¿Qué harás hoy? - le pregunta a Hidan entrando a su habitación.

- Rei-chan. - la mira desde su cama, estaba recostado leyendo una revista. - ¿Tienes algo en mente?

- Quiero salir.

- También yo, pero Deidara no está en condiciones de hacerlo, creo que ya tuvo suficiente por esta semana. - rió.

- ¿Qué importa? Vamos sin él. - dice sentándose a los pies de la cama. - Aún me debes una salida. ¿O ya lo olvidaste? Tienes que conseguirme una amiga.

- Oh, ya lo había olvidado. Sabes, anoche conocí a una chica y... - dijo con una media sonrisa. - Creo que se llevarían muy bien.

- ¿De verdad? - preguntó algo desconfiada. - ¿Cómo se llama?

- Mei. - sonríe al recordarla. - Es hermosa y tiene mucho carácter.

- Hermosa ¿huh? - ríe. - Creo que nunca te había oído describir a una chica sin hacerlo sonar... vulgar.

- Oh, no es cualquier chica. ¿Quieres conocerla?

- Vaya, una chica que te haya quitado lo cerdo si que debe ser algo especial. - ríe. - Claro. No puedo esperar.

El inusual par se dirige al bar donde Hidan sabía que estaría Mei. Estaba notablemente ansioso, a Rei le divertía verlo tan entusiasmado por encontrarla, claramente presentársela era sólo la excusa para verla sin parecer desesperado. Hidan era mucho más simple que Deidara para esas cosas y se notaba que algo había con esa chica.
Se detiene en seco, haciendo a Rei chocar con su espalda, y silenciosamente apunta a la barra. Allí estaba sentada una hermosa chica de cabello largo y rojo. Rei notó como los ojos de Hidan se encendieron al verla y sonrió. Mei no tenía un semblante amistoso, más bien le pareció intimidante, pero moría por conocer más chicas y tener amigas, estaba harta de rodearse exclusivamente por los chicos de Akatsuki.

deidara › not so sweet ♡ lemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora