We Can't Escape The Consequence

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Y estoy de vuelta.

Después de un mes completo (lamento mucho la demora), podemos continuar la historia, desde un punto que dejó a muchos intrigados.

Una vez más puse una advertencia al final, y recomiendo leer.

Este capítulo continúa donde lo dejó el último


*



HAUSER



El viejo dálmata está sentado en su oficina, bebiendo una vez más.

– (suspiro) Creo que si no fuera porque voy a morir pronto, correría el riesgo de volverme un alcohólico.

Hauser nunca tuvo un problema con la bebida, recurriendo al alcohol sólo cuando tenía un problema de conciencia.

Algo que, al contrario de lo que pensaba su hijo, sucedía a menudo.

Hoy, Hauser bebió más de lo que había bebido en años, incluso más de lo que había bebido después de matar a Danny hace años, solo superado el día que supo que Dorothy se había suicidado.

La única vez que Hauser se desmayó de tanto beber.

El viejo dálmata se sentía muy culpable después de su encuentro con Doug, y después de que el bombero se fue, Hauser todavía estaba tratando de silenciar su conciencia con alcohol durante una hora.

Por mucho que Hauser intentara parecer cruel y despiadado, por dentro seguía siendo el mismo cachorro sensible y frustrado que los secuaces de Cruella secuestraron, y aunque había mantenido una conducta fría con Doug, el viejo dálmata siempre se había preocupado con su hijo.

Una leve sonrisa apareció en el rostro de Hauser, recordando cierto día en que su socio llegó enfurecido...


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HACE VEINTIDÓS AÑOS. . . _________________________________________________________________________________________


Era una tarde tranquila a mediados de la década de 1990 y Hauser estaba en su oficina en Nueva York. El dálmata estaba revisando algunos papeles de la empresa con cierta curiosidad.

Al parecer, un interno comenzó a ayudar a su asistente, quien estaba pasando por dificultades debido a la vejez. Lo más impresionante es que la calidad de los informes ha aumentado considerablemente desde que este interno comenzó a ayudar.

– Creo que tengo que mantener un ojo en este Oliver. Seguro que tiene futuro aquí.

¡BLAM!

La puerta se abrió y, aunque interiormente sorprendido, Hauser simplemente levantó la cara y miró hacia la puerta con una ceja levantada.

– ¡HAUSER! ¡DEBEMOS LLAMAR A LA POLICÍA AHORA MISMO!

Entró a la oficina con pasos fuertes un dálmata albino con ojos rojo sangre y un pelaje absurdamente blanco que contrastaba bien con el traje negro que vestía.

Se trataba de Ronald Cohaagen, el socio de Hauser, quien, a diferencia de Hauser, que aún rondaba los cincuenta años, rondaba los setenta.

El dálmata albino parecía furioso, lo que sumado a sus ojos rojos, lo hacía parecer bastante intimidante.

Spotty World I - La Hija De Mi Padrastro Era Mi Ex-noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora