¡Pinkie Spy!

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La consciencia lo carcomía, no encontraba un camino viable a su investigación, intentaba de todo y no lograba nada. Este era un duro camino que todos los detectives cruzaban en algún punto de su vida, sin embargo, el no podría ser la excepción.

—¿Qué haría Holmes en este caso?— continuaba su merodeo por la escuela, intentando encontrar una pista.

Algo que le lleve a su objetivo actual que es  encontrar la verdad.

—¿Todoroki?

Una tenue voz se hizo presente, acaparando toda la atención del heterocromático.

—Buenas noches, Uraraka.— una pequeña sonrisa se posó en sus labios al ver a su amiga.

—Gracias, y buenas noches a tí también.- arqueó una ceja, atenta a los movimientos del mayor. --¿Puedo saber porqué estás aquí merodeando?

Ya era algo tarde, literalmente eran casi las nueve y media de la noche, y la mayoría se encontraba en la cama.

—Quisiera preguntarte lo mismo. Es sospechoso que andes a esta hora por los pasillos.— Se acercó a ella con una mirada intrigante, casi queriendo persuadirla.

—Iba al cuarto de Kyoka para ver si tenía una pastilla... para calmar los cólicos. —Lo último lo dijo cabizbaja, era algo que en cierto modo le incomodaría decirle a un chico.

Su expresión de todoroki cambió, comprendió que fue algo descortés hacerle ese tipo de preguntas, y más sabiendo que era asunto de chicas, así que se disculpó con la chica deseándole que se mejore y para irse posteriormente de ese sitio.

Pero no se habría imaginado que eso de los cólicos, era una fachada para no ser descubierta.

Y sí, todoroki fue desapercibido hacia el final del pasillo, en busca de ayuda. Ahí donde se hacía presente una puerta, la entrada a la habitación de uno de sus mejores amigos.

Siempre pasaba mucho tiempo con él, era la persona a la que más recurría después de Izuku  y sabía que lo escuchaba, casi no entendía sus consejos, pero sabía que lo ayudaría con cualquier cosa que le intrigaba... o eso pensaba.

—No, vete a la mierda icyhot.— le cerró la puerta en su nariz.

El heterocromático le había pedido su ayuda para descubrir qué era lo que tenían en manos el trío de algodón de azúcar, pero creo que le costaba un poco aceptar que sería requerido para esa situación. Tocó la puerta otra vez, esperanzado a que este pueda reconsiderar su propuesta y llegar al fondo de todo esto.

No recibió respuesta alguna de parte del rubio, en cambio, le sorprendió que su teléfono comenzase a sonar. Era una llamada que no se esperaba en absoluto, es más, le costó atender a la llamada desconocida por no saber cómo iniciar la conversación.

—¿Hola, Todoroki?— se oía al otro lado de la línea.

—Sí, soy yo. Buenas noches.

—Me he enterado de que querías hablar conmigo, y al ver la cara de mis compañeros es algo urgente para tí... ¿te parece que nos veamos en la entrada de tu edificio?

Ahí captó qué es lo que en realidad quería aquél, así que aceptó ante su propuesta.

—muy bien, en 5 minutos estaré ahí, adiós.

Al llegar se topó ciertamente con aquél pelivioleta  de la otra clase, esperándolo.

Se acercó a él con un poco de intriga, viéndole de cerca, parecía que sí tenía algo que ver con la mafia o las drogas, ya que su figura desaliñada y sus ojeras no le permitían imaginar otra cosa.

¡Pinkie Promise! [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora