Dímelo antes de que me vaya

5

Después de lo ocurrido, Benito no pudo conciliar el sueño en toda la noche. Por esa misma razón, cada 40 minutos iba a ver cómo estaba el actor. Durante toda la noche, no podía dejar de pensar en el beso y en los labios del actor. Se preguntaba todo el rato cosas como:
"¿Por qué lo ha hecho? ¿Acaso quiere algo conmigo?"
Y después de las preguntas, vino la negación:
"No. Seguramente fue solo el momento, ni siquiera creo que le gustó de verdad. Claramente, fue porque estaba borracho y triste."
Pero Benito no entendía por qué su corazón tartamudeaba al reflexionar sobre ello.

Cuando empezó a amanecer, se fue a preparar su café. Fue entonces cuando lo vio. Notó como si le faltara oxígeno en los pulmones. Quería irse, correr, o todo a la vez; solo quería esconderse de esos ojos intensos que le miraban el alma.

Se le paró el corazón al recordar la noche anterior. Lo que más temía era que el actor también lo recordara. Entonces, con una sonrisa, el actor se acercó a él.
—Hey, Benito, ¿te encuentras bien? Pareces haber visto un fantasma.
Con esas palabras, toda su presión se esfumó, porque el cantante comprendió que el actor no recordaba nada.
—Ah, nada, es que no me esperaba verte tan temprano —dijo Benito, fingiendo una sonrisa.
—Ni yo a ti —dijo Brad, sin rodeos—. Bueno, yo al menos tengo excusa; ayer estaba tan cansado que me quedé dormido en mi caravana —explicó el actor. Luego preguntó:
—¿Y tú qué haces tan temprano? ¿Tu novia te echó de casa anoche? —Comentó lo último con humor.
Ante eso, el cantante se sonrojó.
—No, no es eso —añadió rápidamente—. Es solo que me desperté temprano.
—¿Y cómo sabes lo de Gabriela? —prosiguió a interrogar el cantante. No es que le preocupara el tema, solo quería saber de dónde lo había sacado.
—Ah, nada, solo que me gusta informarme de mis compañeros —dijo lo último con diversión. Luego hizo algo que Benito no esperaba de nadie. Le tocó el pelo y lo despeinó—. Realmente a veces me recuerdas a un niño.

Ante esa oración, Benito explotó:
—Oye, no me toques el pelo. ¡Y no soy un niño! —dijo lo último en un susurro, mientras se alejaba indignado. No antes de escuchar una risa muy fuerte.

Benito realmente no entendía a Brad. Primero pasa lo que pasa anoche y luego lo trata como a un niño. No solo eso, también se había burlado abiertamente de él. Se sentía humillado, en más de un sentido.
"Perfecto", pensó. "El gran artista Bad Bunny ha sido humillado."
Luego de ese pensamiento, respiró hondo, contó hasta diez y se hizo una promesa:
"¿Quién se cree que es él? A Bad Bunny no lo humilla nadie. Hoy en la grabación le voy a enseñar quién manda aquí. Le voy a dar una paliza."
Pensando en ello, se puso feliz y se fue a prepararse con una sonrisa diabólica.

Pero, estando solo en su caravana, recordó que hoy era su último día en el set. Tendrían que volver a filmar algunas escenas de pelea y luego los anuncios con su presencia.

Reflexionándolo todo, decidió que iba a estar más alejado de Brad, ya que cada vez que estaba cerca de él, recordaba el beso. Recordaba lo sabrosos que eran sus labios y no podía actuar con normalidad, porque se ponía nervioso. "No estoy atraído por Brad, solo me intimida, y por eso me pongo nervioso," pensaba para calmarse.

El día avanzó y notó que Brad, quien normalmente era el más ruidoso y bromista en el set, hoy estaba francamente callado.

Eso le provocó un ataque de paranoia:
"¿Y si recuerda el beso? ¿Me va a estar ignorando todo el día?"
Se veía que el actor no estaba de humor, y eso asustaba aún más al cantante.

Esos eran los pensamientos de Benito durante la primera mitad del día. Luego llegaron sus escenas de batalla. Los primeros días habían filmado la batalla principal, pero ahora tocaban las últimas escenas, incluida la escena del cuchillo, cuando la mariquita (el papel de Brad) le lanzaba un cuchillo al lobo (Benito).