•Capítulo II•

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Temblé.

Me dolía el cuerpo.

Y la cabeza me daba vueltas.

Apreté mis ojos.

Estaban cerrados.

—Es una lindura.—Escuché a lo lejos como susurros.

—Si, si lo es, con razón está aquí.—Escuche de nuevo.

—Creo que está despertando.—dijeron y yo apreté mis labios.

Con esfuerzo abrí mis ojos.

Y moví lentamente mi cuello, me dolía la cabeza.

Respire entrecortadamente.

Y levanté mi mirada.

Observando a unas personas que estaban a mi alrededor.

Y chille adolorido.

Los recuerdos invadieron mi mente de nuevo.

Como había llegado.

Lo que había visto.

¡La inyección!

Me habían inyectado no se qué cosa.

—Una chica con cabellos morados tomo delicadamente mi mentón, alzándolo, para que la mirase.—¿Te duele mucho la cabeza?—Yo asentí débilmente.

Ella hizo un puchero y frunció su ceño.

—¿En qué carajos pensaban ustedes? Como se nota que son alfas, ¿Saben lo mal qué se debe sentir?—Gruño enojada, mirando hacia los presentes—Sí no hubiésemos llegado Sasori y yo, seguro lo dejan morir ¡Par de idiotas! Seguro se muere de sed.—regaño aún más la chica, sin dejar de sostener mi mentón.

Ahora me miro y ella tenía la razón, me dolía el cuerpo y tenía mucha sed.

Ella dejo de sostener mi mentón y se acercó a una mesa,tomando una botella de agua.

—Porfavor bebe.—Me dijo y yo negué con la cabeza.

Si, tenía sed.

Pero no podía olvidar que estaba secuestrado.

No sabía que era eso.

—Porfavor ¿Si? Sé que tienes sed.—Intento de nuevo dulcemente la chica.

Esta frunció su ceño.

—¿Estan viendo? Desconfía de nosotros por su culpa.—Regaño la mujer.

Y aún no escuchaba más voces que la suya.

todos estaban en silencio.

—¿Tienen una idea de lo qué nos hará Itachi si se entera de que esta en estas condiciones?—Dijo la chica molesta, aunque en el fondo, parecía asustada.

Y entonces, y solo entonces, todos parecieron reaccionar.

—La chica se volteo hacia mi y me extendió la botella para que bebiera.—Porfavor bebe.—Dijo.

Y yo me rendí, sentía mi garganta y labios secos.

Intenté tomar la botella.

Pero no pude.

Al mover mis manos, estaban atadas, a la silla, igual que mis pies.

Chille adolorido, intente moverlas y como dolía.

Ella se sorprendió al darse cuenta.

—Sasori, ayúdame.—Dijo ella y entonces se acercó un chico pelirrojo.

Eyes On Fire (Itasasu-Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora