Bienvenida a Quindecim ❀ Death Parade [EDITANDO]

Capitulo 5

Abri mis ojos y miré a mi alrededor algo sorprendida. Estaba en el edificio de mi escuela, estaba vestida con mi uniforme, pero no había nadie, estaba completamente sola. Caminé por los pasillos esperando a encontrarme con alguien, pero el edificio estaba completamente vacío por lo que podía ver. Era medio día y era obvio que nadie iba a estar presente a estas horas. Escuché un extraño ruido que provenía del laboratorio. Me asomé por la ventana para luego poder contemplarme a mi misma dentro del laboratorio, me veía asustada, estaba huyendo de algo. Intente abrir la puerta pero solo logré atravesarla como si fuera un fantasma.

En el laboratorio solo me encontraba yo, mi otra yo y una chica que me amenazaba con un cuchillo en mano. Mi cabeza comenzó a dolerme, muchos recuerdos comenzaron a invadirme. Me caí al suelo de tanto dolor, mis gritos ahogados no llegaban a los oídos de mi otra yo y de aquella chica. Mi vista se nubló y la oscuridad invadió mis ojos por completo, de un momento a otro me encontré el la habitación del Quindecim.

Tenia el cuerpo inmóvil, me sentía débil, mire a mi alrededor con poca fuerza y vi a Decim sentado aun lado mío colocándome un paño mojado en la frente.

— ¿Q..Qué haces?... —Hablé con pocas fuerzas—

— Estabas gritando mientras dormías, así que vine para verte

— ¿V..Viniste a verme?, ¿¿por qué??... —tartamudee sonrojada—

— Vamos, cálmate, solo tienes un poco de fiebre. Dime, ¿tuviste alguna pesadilla? —Preguntó—

— Bueno... yo...

Sin importar cuantas veces trataba de recordarlo, no podía. Cuando Decim vio que se me hacia imposible recordar aquel sueño intentó calmarme.

— No te presiones, si no lo recuerdas esta bien, solo descansa

Se puso de pie y salió de la habitación. Me hizo feliz saber que se preocupó por mí. Después de unos minutos me puse de pie y asomé mi cabeza fuera de la habitación solo para ver a Decim. Cuando lo vi, mire que estaba acomodando con sus hilos a la marioneta que estaba junto a la barra.

— Al parecer ya te sientes mejor —Dijo sin apartar la mirada de la marioneta—

Me sorprendí al ver que supo de mi presencia sin siquiera haberme volteado a ver. Me acerqué a él y pregunté por aquella marioneta a la que siempre miraba.

— Ella es la señorita Chiyuki —Respondió— alguna vez estuvo aquí como tú por que no podía juzgarla...

— No podías o no querías —Le interrumpí—

Solo quedó en silencio. Este extraño sentimiento me comenzó a invadir de nuevo. Me hacia enojar el tan solo pensar que esta chica haya significado algo para Decim alguna vez. ¿Serán a caso... celos?. Este silencio me hacia enfadar aun más, apreté mis puños y me dirigí a mi habitación, pero algo me detuvo. Me sorprendí bastante cuando vi que Decim me había tomado de la mano para detenerme. Me acercó a él y me abrazó, mi cabeza estaba apoyada en su hombro, me era imposible verlo a los ojos.

— *Eres un egoísta...* —Pensé totalmente deprimida—

— ¿Por qué todo lo que digo y hago te molesta?, no me gusta que estés enojada conmigo... hago todo lo posible para mantenerte feliz...

Aquellas palabras me hicieron sonrojar, no sabia si esas palabras eran sinceras o si solo estaba fingiendo. Me separé un poco de él para mirarlo a los ojos, pero al verlo no había ni un rastro de tristeza. Su rostro era inexpresivo de nuevo. Sus manos estaban en mis caderas, su suave tacto me hacia sentir extraña. Desvié la mirada algo sonrojada pero me tomó de la barbilla... nuevamente.

— ¿Por qué nunca quieres mirarme a los ojos? —Agregó—

— Y..Yo... yo... —Intenté hablar pero fui interrumpida—

— ¿Qué esta pasando aquí?

Ambos volteamos y miramos a Nona de pie. Estaba cruzada de brazos con una expresión de enfado. Aproveché este momento para zafarme del agarre de decim y salir corriendo a mi habitación. Me senté en el suelo mientras me recargaba en la puerta. De mis ojos comenzaron a salir lagrimas, debido a que odiaba tener estos sentimientos hacia él cuando de seguro él no siente lo mismo que yo.

— *malditos e inútiles sentimientos* —Pensé mientras las lagrimas seguían fluyendo—