Ino

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Ino

Mi infancia no fue nada fácil, cuando cumplí los 12 años a mi madre le diagnosticaron un terrible cáncer en el pulmón, seguro que a causa de lo mucho que ella fumaba. Pase todo el tiempo que pude con ella, con la esperanza de que se recuperase, pero después de cumplir los 13 años ella falleció.

Mi padre y yo nos quedamos solos. Al principio todo iba bien, pero cuando cumplí los 15, mi padre empezó a beber, esto mancho nuestra reputación pero lo peor fue cuando corrió el rumor de que era un mujeriego y un borracho.

A veces iba al mercado y escuchaba como otras mujer me señalaban y cuchicheaban, seguro me tenían pena, pensé siempre.

Pero lo peor fue un día en el que mi padre se fue al bar a beber y seguro a tirarse a alguna buscona y no volvió. Yo pensé que debía ir a buscarlo, no era la idea más brillante pero era mi padre y me preocupaba.

Ojalá no hubiese hecho caso a mis instintos. Ojalá me hubiese quedado en casa.

Aquel día empezó mi pesadilla.

†††

Caminaba de un lado a otro en mi habitación ¿Que debía hacer? Mi padre siempre volvía de madrugada pero ya llevaba un día y medio desaparecido.

Yo sabía perfectamente donde estaba, seguro en un bar de mala muerte repleto de meretrices en cada esquina así que, si darle más vueltas me puse mis botas y mi abrigo y salí a la calle en mitad de la noche para buscar a mi padre.

Tremendo error.

†††

Llegando al lugar me sentí incómoda, el camino fue horrible, estaba oscuro y los hombres se acercaban a mi pidiendome un baile, ¿Es que no se notaba que tenía 15 años? Probablemente sí,¿Pero a quién le importaría?

Cuando llegue al lugar y entre mi ojos fueron opacados por el humo de cigarros, a mis cosas nasales llegó un fuerte olor a tabaco y alcohol.

Al fondo del pasillo encontré un conocido de mi padre, así que me acerque a preguntar.

-Disculpa- le dije algo incómoda- ¿Has visto por aquí a mi padre?

-Hola preciosidad- dijo soltando el humo de sus pulmones en mi cara mientras sonreía de forma repugnante- Tu papi estaba aqui hace rato, pero me no me extraña que con lo borracho que estaba acabase tirado en cualquier lado- dijo poniendo su sucia mano en mi mejilla y la acariciandola- yo puedo ser tu papi hoy.

Me removí incómoda e ignoré ese último comentario- Debo irme a buscar a mi padre- le contesté mientras me daba la vuelta para irme por donde vine, pero el agarró mi brazo con fuerza.

-No te vallas todavía preciosa, tengo ganas de jugar- dijo tirando de mi y acercándome a su cara.

Era horrible, no sabría describir la situación, tenía tanto miedo por mí y por mi vida y aún así seguía pensando en el bien estar de mi padre. Quería moverme pero mi cuerpo no respondia.

Aquel hombre me lamió la mejilla, acto que casi me hizo vomitar y luego me llevo a la parte de atrás del bar. Yo empecé a forcejear con el, sabía que esto no acabaría bien.

-¡Estate quieta maldita perra!- me grito mientras golpeaba mi mejila- ¡Te juro que como te resistas te cortaré la garganta!

Empecé a llorar, yo no quería aquello. Mi mente viajo rápidamente a Sakura, ¿Que pensaría ella de mi? Seguro que estaría decepcionada. Lloré más fuerte cuando sentí como sus manos subían la falda de mi vestido y lo hacía añicos.

Luego me quito el cadolle sin nada de cuidado y practicamente rompiendolo también.

-Ahora vamos a divertirnos.

𝓝𝓸𝓼𝓸𝓽𝓻𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora