El reencuentro

174 25 12
                                    

Sasuke 🐍

Los señores Uzumaki no tardaron nada en celebrar lo que acababa de decirles. Karin me miró sonrojada y se lanzó sobre mi. Por otro lado a mi me tocó fingir que me importaba.

-Sasuke, querido, no sabes lo que llevo esperando este momento- dijo abrazondome con fuerza

-Hijo me alegra que te hallas decidido, pero ¿No crees que dentro de un mes es demasiado rápido?- Hashirama era un hombre listo, seguramente también le parecía raro

-Quiero celebrarlo cuanto antes porque estoy locamente enamorado de su hija, si bien no lo hice antes fue porque estaba de viaje- tenía grandes planes y tenían que ser cuanto antes

Karin casi lloraba de emoción pero podía ver la cara de Hashirama, parecía que no estaba satisfecho. Lo último que quiero es otro obstáculo.

La cena transcurrió con normalidad, Karin no se separó de mi y su padre fingió que todo era de color de rosa y que sería una hermosa boda.

-Me alegro de que os gustase, a sido un placer volver a veros. Hasta la próxima- Mito se despedía desde el umbral de la puerta mientras nosotros caminábamos hacia la calle.

•°•°•°•°•°•°•

Tardamos veinte en llegar a casa. Estaba cansando, quería llegar y directamente irme a dormir.

-Hijo- parecía que no iba a poder ser- Sé que has aceptado tu matrimonio con Karin, ¿pero no ves muy temprano celebrar la boda el mes que viene?- se acercó a mi- también se que no haces esto por amor ni mucho menos pero esto es precipitado

- Padre, necesito que confíe en mi y en mi decisión. Tengo grandes planes para nuestra familia pero para eso necesitamos una alianza con los Uzumaki- quería contarle todo a mi padre, pero corría el riesgo de que se negase y todo hubiese sido en vano

-¿Pero que ha cambiado de la última vez que te negaste? ¿Porque cambiaste tan rápido de opinión?- No había una explicación muy compleja para eso, simplemente pensé y me di cuenta que era más fácil unirse a ellos y destruirlos desde dentro que empezar una guerra

Tenía grandes planes pero solo se lo contaría a mi padre cuando ya esté todo hecho y sea imposible enmendarlo.

- Padre, tengo sueño, me voy a la cama- la conversación cada vez era más abrumadora.

Mi padre solo asintió y se fue. Yo me acosté para descansar un rato.

•°•°•°•°•°•°•

Estaba acostado en la cama, con los ojos cerrados.

No podía ver nada más que aquellas dos brillantes esmeraldas.

Me miraban fijamente con un destello que me hacía estremecer.

Se acercaba poco a poco, cada vez podía apreciarla mejor.

Lo único que cubría aquel cuerpo era un fina tela blanca y sus largos mechones de pelo rosa.

Era como un ángel, su cuerpo brillaba, su piel blanco nivea apretándose contra la mia. Sus brazos me rodeaban.

Ella estaba en todas partes, su cara a centímetro de la mia con un evidente sonrojo.

Estábamos los dos solos en el bosque compartiendo el calor de nuestros cuerpos.

Acarició la delicada curva de su espalda. Ella entierra sus dedos en las ebras de mi pelo.

Sus labios parecían picados por abejas, tan rellenos y jugosos, estaban llamando a los míos.

Nuestros alientos chocan hasta que me uno a ella.

Sabían a cerezas, un sabor tan dulce y adictivo que casi me hace enloquecer.

𝓝𝓸𝓼𝓸𝓽𝓻𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora