Una marcha, una llegada

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Sakura 🌸

Estaba en mi cuarto boca arriba sobre la cama mirando el techo. Estaba dándole vueltas a mi relación con Ino.

Sabía que anteriormente le dije a Ino que no me importaba su trabajo y que no la judgaría, ella lo había dejado pero me era realmente difícil ignorar el hecho de que en cada esquina de la calle hombre se le insinuasen todavía. Ino era hermosa, contaba con un cuerpo bien dotado y un encanto peculiar y a veces sentía celos.

Los primeros meses después de dejar el trabajo, Ino y yo aprendimos todo a cerca de la ciencia y la cultura de la mano de nuestra maestra, la señorita Senju pero hacía varios días, caminando por la calle descubrí a Ino junto a un hombre teniendo una acalorada conversación antes de besarse y tocarse.

Me sentí realmente mal, pero lo que peor me sentaba era el echo de que ella me lo había estado ocultando, Ino todavía ejercía la prostitución. Nunca la judgaría, aunque tampoco la apoyo, pero creí que existía suficiente confianza entre nosotras.

Seguía en mi cama pensando cuando mi madre me pidió permiso para pasar.

-¿Que necesita madre?

-Sakura, ayer en la noche recibí una carta, es de tu abuela- Después de que por razones económicas mi padre nos abandonase a mi y a mi madre, no me quedo más familia de sangre, sabía de la existencia de mi abuela, pero solo cuento con un par de recuerdos suyos de cuando era pequeña- Querida, como sabes hemos tenido problemas financieros, no puedo con todos los gastos por lo que hace unos meses envié una solicitud a la capital de España buscando trabajo. Se que es duro, pero debo trasladarme.

-¡Madre no puedes irte! Buscaré algún trabajo e intentaré ayudar más en casa, lo prometo

Mi madre me acarició negando con su cabeza mi cabeza, yo guardase silencio.

-Hija, no puedo hacerte eso, mi deber como madre es protegerte y darte lo mejor. Algún día, cuando tú seas madre, harás lo mismo por tus hijos.

No puede aguantar el llanto. Rodeé su cuello con mis brazos buscando el consuelo que solo ella me da.

A pesar de no tener muchos recuerdos de mi abuela, todos los que conservaba eran buenos y felices.

-He avisado a tu abuela para que venga y se haga cargo de ti en mi ausencia. En mi estancia allí te escribiré. Todo lo que gane en España te lo mandaré por correo, te mereces un final mejor que el mío.

Mi madre también empezó a llorar, poso su frente contra la mia y acarició mi mejilla mientras lágrimas resbalaban por su cara.

-Tu abuela, mi madre, es una mujer buena, cuidará bien de ti, te lo aseguro- beso mi frente y se puso en pie secando sus lágrimas - esta misma mañana partiré para allá.

-Madre, eso es demasiado rápido, ¿Porque no esperas a la semana que viene?- estaba desesperada por qué se quedase.

-Se que es apresurado, pero hablé con tu abuela y hoy haremos un intercambio, yo iré allí y ella vendrá.

Mi abuela vivía en España también, pero no en la capital si no más al sur por la parte de Málaga y Córdoba.

- Necesito que acompañes a tu abuela y le des una calida bienvenida.

-Esta bien madre, yo me encargaré de esperarla.

Bajé con mi madre, ya se había encargado de hacer sus maletas la noche anterior. Le di un fuerte abrazo esperando que nunca se fuese de mi lado, pero el mundo era cruel, y siempre me quitaba a los que más quería. Suerte que me quedaban Ino y Tsunade.

𝓝𝓸𝓼𝓸𝓽𝓻𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora