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El lunes llegó, pero yo ya no existía para entonces. En la escuela nadie pareció notar mi ausencia, la vida transcurría como si hubiese faltado a clases porque tenía gripe. Ni siquiera Minseok, o mis padres sospecharon de que ya no estaba más entre ellos. El desgraciado me había contado que le había enviado mensajes a todos, diciendo que estaba en casa de mis amigos, entonces nadie sospechó. Lo hizo luego de que me obligase a entrar a su auto el dia en que me tomó en la estación de tren, según dijo. Después se deshizo de mi teléfono en un basurero. Claro que había pensado en todo.

Pero Baekhyun siguió sin aparecer para entonces. Minseok creyó que todavía no estaba listo para regresar y probablemente debe haber pensado que yo estaba con él. Error.

Sin embargo, cuando creía que no volvería a ver la luz nuevamente, Jongin pensó en mí.
Pronto descubrí que él siempre pensaba en mí.

Jongin fue ese lunes a clases con intenciones de saludarme a la cara sin tener que avergonzarse. Aunque claro, no pudo verme, porque no llegué.

De alguna forma, me sentía conectado a Jongin, estaba viviendo en sus pensamientos. Él me mantenía vivo. Lo supe cuando pude llegar hasta su lado, él no podía verme, al igual que nadie. Pero no podía apartarme de su lado, cada vez que lo intentaba, sentía cómo la oscuridad poco a poco me cegaba. ¿Era posible? ¿A caso eso de que los espíritus existían era verdad? ¿Yo era un espíritu o solo un producto de su imaginación? No podía responderme a esa pregunta y tampoco tenía a nadie a quien preguntarle.
Al principio solo me quedé mirándolo, las clases pasaban y él no notaba mi presencia por más de que me parara a su lado. Aunque no lo había intentado todo. Aún no había intentado tocarle. Pero por alguna razón, no me sentía preparado para eso.

Podía ver en los recesos a Minseok caminando solitariamente por el jardín de girasoles que nos gustaba. Lo que daría por tocar uno de ellos aunque sea.
Sabía que Jongin tenía la intención de acercarse hacia él, estaba nervioso. Pero solo rogaba porque venciera sus nervios y caminara hacia Minseok.
Como milagro que agradecí de inmediato, Jongin comenzó a caminar sigilosamente por el patio, no fue directamente a Minseok, pero realizó un breve recorrido antes de llegar hacia él.

–Minseok –le llamó. Lo noté tragar saliva, Minseok volteó sorprendido de que Jongin le hablase. Por más de ser compañeros desde primer año, nunca habían hablado más de lo necesario.

–Hola.

–Hola. Disculpa interrumpirte, es que-

–Oh, para nada, solo estaba perdiendo el tiempo –sonrió.

–Bien. Es que quería preguntarte si sabías por qué Kyungsoo no vino hoy. Quería hablarle de algo importante.

–Pues, ayer me mandó un mensaje de texto para decirme que estaría en la casa de Baekhyun y se iba a quedar allí. Supongo que ambos han querido evitar las clases.

–Ah –Jongin miró el suelo sin saber bien qué decir. Por algún motivo, podia sentir sus emociones.

–Puedo pasarte su número, si quieres. Les hablaré cuando regrese a casa.

–¿En serio? –Jongin sacó su teléfono de inmediato y le sonrió a Minseok, contento de poder obtener el número.

Qué ingenuo. Como si alguien pudiese contestarte...

Minseok comenzó a dictarle el número, probablemente pensando en que a mí me molestaría demasiado la idea de que Jongin tuviese mi número. Y así hubiera sido. No es que me molestase en realidad, pero me parecía algo un poco privado y desesperado para dárselo sin más.

–Gracias –realizó una rápida venia y se retiró del lugar, regresando al aula de clases. Jongin era de esos que prefería quedarse allí, a la espera de que terminase el receso, y de paso ya estaba allí para la clase.
A mi sorpresa, Oh Sehun se hallaba también en su asiento, se le veía escribiendo algo en su cuaderno. Para nada esperaba que él le preguntase a Jongin sobre mí, ya había tenido suficiente burla conmigo.

Jongin se mantenía pensativo. No podía leer su mente, pero él no dejaba de mirar su teléfono, como si no supiese qué hacer con el. Me sorprendió que se atreviera a escribir un mensaje, algo básico como: "Hola, soy Jongin. Este es mi número. Puedo llevarte la tarea a tu casa, si te parece bien. Nos vemos".
No pude evitar sonreír. Me hubiera gustado demasiado recibir ese mensaje.

Las clases siguieron sin ningún problema. Jongin tenía un reducido grupo de amigos conformado por Kim Jongdae y Kim Junmyeon, había oído de algunos compañeros que les gustaba llamarse los hermanos Kim. Tanto Jongdae como Junmyeon eran alumnos tranquilos y ejemplares, buenas notas y de comportamiento agradable.
Estando con Jongin, pude conocer un poco más de ambos, en clases no solíamos hablar demasiado, solo lo necesario, aunque Jongdae era amigo de Minseok, así que a él lo conocía más.

Nada más interesante había sucedido. El día seguía nublado e igual de aburrido. Podía sentir mi cuerpo frío, pero no sabía si era porque podía percibir el ambiente o era el calor de mi cuerpo intacto. Sea cual sea la respuesta, no quería saberla.
No tenía idea de qué había sucedido con mi cuerpo una vez que llegó a su fin. Pensándolo bien, esa era otra de las cosas que no quería saber.

Pronto, Jongin abandonó la escuela, despidiéndose de sus amigos y caminando con tranquilidad hacia su casa. No podía dejar de observarle, parecía tranquilo, incluso algo contento. Yo no estaba contento, y el verlo así solo me hacía querer enojar.
Mis pies pisaban la hojas seca regadas por el suelo, pero a diferencia de Jongin, las mías no crujían al pisarlas. Ni se movían cuando las pateaba.

Jongin corrió hacia su cuarto cuando llegó a casa, saludó rápidamente a sus padres y se lanzó a su cama con una sonrisa tonta en los labios.
Sabía que no podía recriminarle nada, él ni siquiera sabía lo sucedido, no podía culparlo. Pero yo ya no estaba en la tierra y él sonreía como si nada. Yo también quería sonreír por lo nuestro, pero no podía. No podía hacer semejante cosa.

Por favor, que alguien se diera cuenta de que no estaba más con ellos.

¿Por qué no podía tener un final?

Jongin, quiero irme. No aguanto saber que nadie hace nada, veo sangre en mis manos, pero no se quita. ¿Por qué sigo aquí? ¿Dónde está mi cuerpo? ¿No debería estae con él?

Pero Jongin siguió haciendo sus cosas, todavía aguardaba por una respuesta en su teléfono que nunca llegó.
Le miré comer su cena, mientras hablaba amenamente con sus padres sobre lo que veían en la televisión. Decidí alejarme, quise observar los pocos metros que se me permitían a su alrededor. Podía ir hasta la cocina.
Jongin tenía un gato. Y por alguna razón, sentía que no dejaba de mirarme, además de que movía su cola lentamente. Las luces rojas y azules llamaron mi atención fuera de la ventana, era un auto de la policía que cruzó la calle. ¿Quizás...? No estaba seguro, pero en mi interior rogaba de que tuviese que ver conmigo.

El gato siguió mis pasos al regresar con Jongin. Este tenía intenciones de pasarse entre mis piernas, pero se quejaba al no poder hacerlo, claramente, yo no estaba ahí. Jongin le chistó para que se callara, y siguió con su plato de espaguetis.
Respiré profundo. No sabía que podía hacer eso, de hecho, hasta ahora estaba siendo consciente de que podía respirar. Aunque caí en la conclusión de que si debía, probablemente solo haya sido la costumbre. Y probé. Efectivamente no necesitaba hacerlo. Pero seguí haciéndolo, ya era una costumbre natural.

Tuve que esperar pacientemente a que Jongin terminase de cenar, entonces pude seguirle a su cuarto. El gato me acompañó, Jongin le dejó entrar, por suerte.
Él comenzó a textear a sus amigos tonterías antes de hacer algo más. Minutos después, se decidió a darse un baño. Allí absolutamente decidí quedarme con el gato quien, según la chapa que tenía en el cuello, se llamaba Jelly. ¿Era gato o gata? Mientras hacía esas preguntas, me decidí a acariciarle, parecía aceptarlo bien.
También me recosté en la cama de Jongin, pero allí las cosas fallaron, porque terminé en el suelo bajo su cama. Aparentemente no podía tocar ninguna superficie física. Pero aún así me preguntaba cómo es que seguía de pie. Cosas sin respuestas que decidí obviar, como por qué su gato sí sentía mi tacto, mas no podía sentirlo físicamente. Incluso podía pasar mi mano a través de él, pero probablemente el solo lo sintiese como un cosquilleo, ya que no parecía sorprendido.

Jongin regresó casi diez minutos después y me obligué a voltearme cuando su toalla abandonó su cuerpo desnudo. Probablemente el sueño de varios sería ser invisible para hacer este tipo de cosas, pero yo lo sentía extraño. No podía hacerlo.
Esa noche esperé demasiado, pero tampoco sucedió nada. Jongin durmió plácidamente sin saber que le miraba, aunque me sorprendió que cuando se rindió a su sueño, poco a poco me vi envuelto en la misma sensación de estar adormilado y cerré mis ojos, volviendo a la oscuridad.

Portrait Of You / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora