『1. Genderbender』La blusa de Inoko

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Disclaimer:

 Kimetsu no Yaiba © Koyoharu Gotōge.

La blusa de Inoko © Adilay Fanficker

.:.:.

Advertencias: Un poco de OOC./Basado en Kimetsu Gakuen.

Aclaración: Este fic participa en el INOAOI WEEK 2022 realizado por el grupo en Facebook "Inosuke x Aoi/InoAoi 伊ア".

Día 1: Gender bender.

Notas:

Para esta sección de la semana InoAoi decidí que haría drabbles o microrelatos. Como tengo otros proyectos, no quiero extenderme mucho.

¡Bienvenidos al primero! Ojalá lo disfruten.

NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.

—¡Sal de donde quiera que estés, Hashibira! —exclamó la profesora Shinazugawa mientras corría por el pasillo del instituto

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—¡Sal de donde quiera que estés, Hashibira! —exclamó la profesora Shinazugawa mientras corría por el pasillo del instituto.

La estricta mujer, a pesar de usar un atuendo formal y ser muy centrada en sus clases, cuando se enfadaba con alguno de sus alumnos, era capaz de transformarse en un verdadero demonio.

Afortunadamente no entró al aula de audiovisuales, donde dos figuras se encontraban, muy unidas una a la otra.

El chico, cuya espalda estaba pegada a la pared a un lado de la puerta, abrazaba por la espalda a la chica, gracias a que él la había atrapado mientras ella corría riendo como una lunática, en busca de librarse de la docente, y luego la había metido al aula diciéndole al oído que se callase.

Una vez que los pasos de la profesora dejaron de oírse, una risa femenina bastante tosca resonó.

—¡No fue rival para nosotros!

Entonces sus labios fuesen sellados por una mano masculina.

—¡Cállate, idiota!

La linda chica, de aspecto desalineado, dijo algo incluso si sus palabras fuesen imposibles de entender.

Aoi Kanzaki, parte del consejo estudiantil y miembro también del club de jardinería, se preguntó por milésima vez por qué estaba salvándole el cuello a esta estudiante loca que, no conforme con hacerle la vista en el instituto más complicada, también iba y se atragantaba como un cerdo cuando entraba al restaurante de su familia.

Apenas la vio llegando al instituto con la blusa mal abotonada y sus pechos apenas cubiertos con un sostén negro, él supo que tendría que salir de su propia aula, arriesgarse a ser regañado otra vez por llegar tarde a sus clases, todo con el único fin de impedir que a esta chiflada le diesen un castigo que se merecía por romper las normas... de nuevo.

—¡Bien hecho, Kaoi! ¡Salvaste a tu jefa! —espetó ella, feliz, zafándose de su agarre.

Aunque fuese una chica, Inoko era demasiado fuerte. Incluso sus brazos y piernas se veían bien trabajadas; eso seguramente se debía en parte a que sus mañanas las iniciaba eludiendo a las profesoras Shinazugawa y/o Tomioka. Dios... en serio, Aoi se sentía como un idiota al sentirse atraído por Inoko.

Debería tener medio cerebro como el resto de chicos y hacerse a un lado. Pero ella no le intimidaba en lo más mínimo, de hecho, consideraba esa musculatura y esa tenacidad algo atractivo en su persona.

¡Pero, pero...!

—Ya te he dicho que te acomodes bien el uniforme antes de entrar.

Fastidiado, Aoi señaló los botones mal abotonados de Inoko, y dado a que ella no usaba una camiseta debajo, podía verse sin problemas su brassier y sus pálidos senos, los cuales para variar eran algo grandes.

—Estas cosas son muy incomodas —refunfuñó ella negándose a acomodarse el uniforme; tampoco ayudaba que fuese por ahí corriendo con una mini falda escolar sin llevar un short debajo y sus bragas también estuviesen a la vista.

Aoi en un principio no le creía a Inoko aquello de "sentir incomodidad con la ropa"; pensaba que era sólo una excusa para romper las reglas de vestimenta de la escuela, sin embargo, en una ocasión que habló con el padre de Inoko, él le comentó a Aoi que en efecto, ella desde niña gustaba de usar prendas ligeras o ninguna.

—Si no quieres que te castiguen otra vez... —abochornado, Aoi desvió sus ojos mientras le hablaba—, es mejor que me hagas caso. Ya me voy.

—¡Oye, espera! ¡No dejes a tu jefa sola!

Inoko le siguió mientras por fin se abotonaba bien la blusa, antes de que Aoi abriese la puerta corrediza del salón y ambos pudiesen irse.

—Ya. Ya está. Bien abotonada, ¿mejor?

Aoi la miró de reojo. Inoko era alta, de hecho, ellos dos eran casi de la misma estatura; además, poseía un rostro de Idol imposible de ignorar. Quizás influía que su madre fuese una guapa actriz inglesa, rubia y de curiosos ojos coloridos y su padre un modelo mitad japonés y mitad holandés de ojos verdes.

Sin embargo, Inoko no poseía la sofisticación de ambos, de hecho, era como si ella sólo hubiese tomado la belleza física de ambos y un frasco de salvajismo le hubiese caído encima cuando recién su madre la parió.

—Si no quieres usar las blusas, puedes hablar con el director Ubuyashiki. Seguro te daría un permiso para venir con pantalones y una playera.

—Mmm, toda esa ropa es demasiado estorbosa —se quejó cual niñita malcriada.

—Son reglas de la escuela, Inoko; en tu casa vístete como quieras. Aquí todos tenemos un código de vestimenta que cumplir —le dijo cruzándose de brazos.

—Qué tonto se oye eso —bufó Inoko, inflando sus mejillas.

Aoi resopló cansado.

En definitiva, el día que Inoko Hashibira entendiese qué debía abotonarse bien la blusa de su uniforme, Aoi Kanzaki iba a dejar de tener dolores de cabeza por las mañanas.

—FIN—

—FIN—

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𝗜𝗻𝗼𝓐𝓸𝓲 𝚆𝚎𝚎𝚔 2022 |『↕ ∵Colэccıóи∵ ↕』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora