4: Miss Perfección

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La luz del sol hizo acto de presencia y atravesó el gran ventanal, Marinette abrió sus ojos lentamente aun sin entrar en razón, había dormido en la misma cama con un chico, se levantó como resorte y lo miró, ahí estaba hundido entre sus sueños, recordó lo sucedido la noche anterior, estaba bien, no había sucedido nada, se había quedado dormida, que conveniente.

Caminó hacia la ventana para abrir las enormes cortinas y dejar que la luz invadiera la habitación.

Un sonido agudo inundó la habitación la chica giraba en dirección a la cama, miró a Adrien quien se tapó la cara con la almohada, mientras ella corría para buscar el reloj.

—¿Qué diablos es eso? —murmuró el rubio debajo de la almohada.

—Mi reloj —susurró con la voz ronca

Logró verlo en el buró y lo apagó mientras se tumbaba de nuevo en la cama, cerró los ojos por un minuto y después levantó el aparatito para ver la hora.

—Adrien, son las 9:30 —dijo mientras se levantaba.

—Gracias por el aviso, ahora el clima por favor —él se acomodaba acurrucándose a su lado dándole la espalda.

—Tu mamá debe ver los nuevos materiales a las 11:00 —la chica lo movía del hombro pero no hubo respuesta.

—Niña, ¿sabes lo que significa vacaciones? va-ca-cio-nes —gruñó mientras ella jalaba la sábana molesta.

—¡Levántate ya! —le ordenó al pie de la cama.

—No —susurró ya despierto, era divertido hacerla enojar, le encantaba verla enojada.

—Adrien —volvió a llamarlo—. ¿No te vas a levantar? —inquirió ella en tono amenazador.

—Si ya lo sabes —dijo con voz sosa.

La joven tomó las dos puntas del edredón y lo jaló, casi hizo un berrinche al notar su bóxer.

—Marinette —advirtió con una sonrisa, mientras se paraba de la cama directo a ella.

—¿Ves? Ya te levantaste —dijo ella en tono burlón.

Él no replicó nada y siguió acortando su distancia, Marinette fue hasta el cuarto de baño y abrió la puerta, pero Adrien tomó la orilla evitando que pudiera cerrar.

—No son formas de despertar a tu perfecto novio —dijo en tono burlón.

—¿Perfecto? diablos debes avisarme las cualidades que sean difíciles de identificar —anunció riéndose mientras intentaba cerrar la puerta—. Fuera, tengo que ir al baño.

—Está bien, no me molesta, puedo mirar —le dijo con una voz un tanto seductora.

—Eres un cínico —le espetó.

Adrien comenzó a vestirse, unos jeans y una camisa, minutos después Marinette salió unos minutos después con unos vaqueros negros y un lindo blusón.

—Podríamos habernos quedado dormidos toda la mañana —reclamó poniéndose los zapatos.

—¡Diversión, diversión, diversión! —exclamó la chica sarcásticamente mirando por el espejo mientras cepillaba su cabello—. Aceptamos ir con tu mamá —dijo mientras se hacía una coleta.

—Necesitas un masaje anti-estrés —sugirió él rodeando los ojos.

—Claro que no —replicó con desdén.

—Claro que si, todo tienes que tenerlo controlado— dijo burlonamente.

—No me conoces —se giró a mirarlo.

Acuerdo Perfecto (A MLB A.U. Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora