8: Los dias del lago

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Marinette abrió sus ojos lentamente, aún quedaban secuelas del dolor en sus sienes, sentía como si tuviera una resaca tremenda, se masajeaba la frente mientras se sentaba sobre la cama, miró a su alrededor, Adrien no estaba, al parecer no había dormido a su lado, buscó su reloj, eran pasadas las 9am, se levantó de la cama para dirigirse a la ventana, movía las cortinas para visualizar el paisaje exterior, entrecerraba sus ojos para evitar la agresiva luz que percibían sus pupilas.

Tomó el pequeño frasco de píldoras y lo guardó dentro de su maleta, sacó una muda de ropa y se metió a tomar una ducha, no demoró mucho, sus pensamientos vagaban por su mente mientras cepillaba su cabello, recordó que a Adrien le gustaba siempre suelto, esta vez decidió amarrarlo en una coleta, no quería salir a la cocina y enfrentar a su familia y lidiar sobre el asunto de la dichosa discusión.

Respiró profundamente antes de poder dirigirse a la cocina, avanzó por el pasillo, pero sorpresivamente no encontró a nadie, escucho algunas voces fuera y se asomó a la ventana para ver a Emilie en una mesa de picnic bajo el árbol donde estaba colgando la hamaca, estaba acomodando los cubiertos para el desayuno.

―Has despertado ―una voz dijo detrás suyo.

Marinette pegó un pequeño oir al hermano con una jarra de jugo de naranja.

―Buenos días ―sonrió la rubia.

―Anda vamos.

―¿Dónde está Adrien? ―se atrevió a preguntar.

―No estoy segura, ha salido muy temprano --respondió él.

Ambos caminaron afuera y se acercaron a la mesa

―¿Te sientes mejor? ―preguntó la madre.

―Si, gracias ―contestó amablemente.

―¿Estás enferma o algo? ―indagó el rubio.

―No, no ―sonreía con cierto nerviosismo―. Solo son migrañas por no descansar bien.

―Corté algo de fruta para ti, toma ―ofreció Emilie a su lado.

―Si ―se giró ella para tomar la bandeja.

Felix agudizó su vista hacia la chica, notó como ella giraba casi por completo su cabeza para ver a su madre, sabía que estaba siendo algo paranoico, pero era un médico en formación, la chica no debía girar así su cabeza para ver algo que estaba tan cerca de ella.

"Perdida de la visión periférica" pensó entrecerrando sus ojos, observo disimuladamente como Marinette se acomodaba sus lentes y probaba bocados de fruta.

―¿Saben en donde esta Adrien? ―interrumpió la voz de la chica.

―Ha salido muy temprano, no quiso despertarte ―anunció Emilie.

"Ni siquiera ha dormido conmigo"recordó en su mente.
―.¿A dónde ha ido?

―Fue a dar una caminata ―respondió la madre del rubio.

―Seguramente al pantano ―intervino el hermano bebiendo de su taza de café―. Tranquila, ya volverá.

Ella soltó una sonrisa, no es que quisiera aparentar preocupación por su falso novio, en realidad le intrigaba a donde se había ido, tal vez lo de la noche anterior le dejó con mal sabor, ¿acaso ha sonado grosera? Pensaba.

No, no podía sonar grosera, estaba dejando las cosas en claro, no podía desenfocarse de sus objetivos, ella estaba mal, Adrien tenía claro las cosas, y por supuesto eso no impediría que siguiera teniendo contacto con sus otras conquistas, de eso estaba segura, la que se estaba saliendo del acuerdo era ella, no él, debía volver a poner las riendas dentro de lo que estaba establecido.

Acuerdo Perfecto (A MLB A.U. Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora