10: La vida es injusta

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Marinette contemplaba a través de la ventanilla del coche, algunas gotas impactaban contra el vidrio, no hablaba, no había palabras que rompiesen el tenso silencio que invadía aquel tan reducido espacio en el auto, el momento de hacia unas horas antes, no paraba de sonar en sus adentros, en su mente, retumbaba más duro que aquel dolor de cabeza.

-A la mierda el acuerdo, Marinette... -recordaba la voz del rubio.

-No -contestó impetuosamente interrumpiendo el profundo beso.- No hagas esto, por favor.

-Oh vamos, tu no hagas esto! -respondió alejándose ligeramente de ella-. Niégame que no sientes algo -le pidió.

Ella suspiró y no pensó más allá de tres segundos, su mirada se centró en sus ojos verdes para darle una respuesta convincente.

-No -lo miró con cierta frialdad-. No siento nada por ti.

-Si, claro -se cruzó de brazos-. Repítelo hasta que te lo creas. (1)

-¿Porqué piensas que siento algo?

-Por cómo te estás comportando -aseguró-. No soy ningún imbécil, sé cuándo le gusto a una mujer, cuando quiere tenerme cerca, y tu... -comenzaba a aproximarse a ella-. Tú no quieres tenerme lejos.

-Llévame a la orilla -interrumpió.

-Marinette.

-Llévame de regreso -le pidió de nuevo-. No voy a jugar este juego contigo.

-¿Qué juego?

La chica se puso de pie sobre la balsa, cerraba sus ojos en un intento de reprimir todo lo que en realidad sentía dentro.

-Vamos, siéntate por favor -tomaba su mano para evitar que se cayera.

-Ese en que finges sentir algo para después usar esa persona.

-Si mal no recuerdo, en eso habíamos quedado -comprendía a la perfección lo que decía.

-Bien, he cumplido, tu haz cumplido, entonces creo que ya no hay más acuerdos que decretar -intentaba soltarse de las manos de él.

-El verano aún no termina, Marinette -le recordó.

-Para mí si -se soltó de la mano de él-. Llévame a la orilla.

-Aún tenemos que hablar...

Ella saltó al agua y comenzó a nadar a la orilla.

-Oh vamos, esta oscuro! -le gritaba desde la balsa-. ¡Puede haber sanguijuelas!

Felix observó la silueta de Marinette entre la penumbra, venia totalmente empapada, se abrazaba a sí misma y dedicó una sonrisa nerviosa al hermano, quien arqueaba su ceja ante lo que visualizaban sus ojos.

-Estoy bien, no te preocupes -entró a la cabaña.

Había acabado para ella, no podría permitir más, todo estaba yéndose muy lejos, ese "acuerdo" se les estaba saliendo de las manos. Esa noche no permitió que Adrien durmiera junto a ella, ni tampoco hubieron buenos días en la mañana, solo una píldora en sus manos que llevó a su boca, se encontraba meditando sobre sus acciones en esas últimas semanas, lo mejor era regresar a su rutina, que todo volviese a su lugar.

Apenas tocaron pie en la casa de los Agreste, ella rápidamente comenzó a alistar sus cosas, era el momento de hacer su retirada, por el bien de ella, por el bien de él, por el bien de todos.

-Entonces solo asi... ¿te vas? - él aguardaba en el umbral.

-Si -respondió mientras terminaba de empacar.

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⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

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Acuerdo Perfecto (A MLB A.U. Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora