Welcome To Theazabia (part 1)

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Narra ___:

La verdad, no hay mucho que cambiara después.

Mi reino está en calma, sigo aprendiendo múltiples hechizos, nacen nuevos magos... Excepto una cosa.

Albus Dumbledore.

Últimamente he estado recibiendo demasiadas cartas de él, hasta el punto de ser ostigante. Todas esas cartas piden una sola cosa.

Una reunión en persona.

He rechazado millones de veces y aun así no se detiene. ¿Por qué? No lo sé.

Aseguré las fronteras con magia oscura, asegurándome de que sólo las personas con el sello podrían entrar. Las lechuzas que envió Dumbledore se habían ido, por lo que no deberían poder entrar.
Para mi mala suerte, hay un vacío en todo esto.

Todo aquel que tenga el sello, no aquel a quien se le haya concedido.

No me di cuenta en su momento, tal vez fue lo mejor para mí.

Salí del castillo en camino al pueblo, saludando a cada quien que me dirigiese la palabra. Los niños pequeños me sonreían, acercándose con curiosidad.

-Alteza ¿Por qué no se quita el velo?-

-Me siento incomoda sin el-

Los niños se conformaban con respuestas simples, sin querer faltarme al respeto. A lo lejos, en la orilla del lago vi como unos niños se peleaban mientras una niña trataba de detenerlos.
Me acerqué lo más rápido que pude para ver que pasaba.

-¡Es la princesa!- señaló la niña.

Al escuchar eso, los pequeños de separaron e hicieron una reverencia avergonzada.

-Perdone su alteza, es algo tonto y no merece su atención- se apresuró a explicar el mayor.

Me agaché para quedar a su altura.
-No me parece que sea tonto para que dos buenos amigos lleguen a algo tan salvaje como los golpes ¿Les gustaría hablar de eso?-

Ambos se sonrojaron, el pequeño habló -Thomas está enamorado de mi hermana Vickie, por eso siempre me excluye-

-¡No es cierto, Jule!-

Miré a la niña, ella parecía querer desaparecer.

-Pero Thomas... A mi me gusta tu hermano-

Ambos niños la miraron, ojos abiertos como ventanas.

Me reí inconscientemente.

-Dejo que resuelvan este problema entre ustedes...-

-¡Espere!-

La niña movió sus dedos y de la tierra salieron un montón de flores, ella las tomó y me las ofreció.
-Por favor, acepte este regalo en agradecimiento-

Acepté el regalo -Gracias, pequeña-

Iba a marcharme, pero una fuerte luz apareció unos metros arriba del lago.

Narra Loki:

Repasé mentalmente la discusión con Frigga.

"¿Y yo tampoco soy tu madre?"

Sí, ella lo era.
Pero ¿cómo podía perdonar a aquellos que me ocultaron la verdad durante milenios? Aquellos que me dijeron que era asgardianos, aquellos que me contaron historias de lo malvados que eran los gigantes de hielo a sabiendas de que yo era uno de ellos ¿Cómo podría?
Sentí las lágrimas picar en mis ojos, el sobrepensamiento sometiendome con fuerza.

Tomé el colgante de la princesa, leyendo una y otra vez la inscripción.

"Toca la piedra brillante y huirás de tus problemas en un instante"

No debía presionarla y no lo iba a hacer, pero la presión en el pecho y la sensación de asfixia podían más.

La presioné.

De un momento a otro sentí un tirón en el pecho y unas enormes ganas de vómitar. Lo siguiente que veo es un montón de agua, agua en la que caigo.

¿Que demonios en el nombre de Odin?

Apenas salgo a la superficie veo a un niño de no más de doce años midgardianos creando un puente de hielo... ¿Donde estoy?

El niño me ayudó a subir a la plataforma congelada, poniéndome de lado para que pudiese escupir lo poco de agua que había en mis pulmones.

-Señor, venga por favor- dijo el niño -Antes de que el puente se derrita-

Nos apresuramos a llegar a la orilla, lugar donde una corriente de aire tibia secó mi ropa.

-Gracias pequeños, ahora vayan a casa y no le digan nada a nadie- esa voz...

El niño que me sacó del lago salió corriendo junto con otras dos criaturas más.

Antes de poder ver a la dueña de la voz, sentí un fuerte golpe de energía que me expulsó por los aires.

-Vaya... Y yo pensé que después de ese beso estaría feliz de verme-

La princesa ___ de Theazabia puso su varita en mi cuello.

-Dime que haces aquí y como entraste- demandó -Creí que estabas encerrado en Asgard-

-¿Es eso preocupación en su voz, alteza?- bromee, sabiendo que tiraba de mi suerte -Pues usted creía bien-

-No haz respondido mi pregunta-

Mostré el amuleto en mi mano y su presión en mi cuello vaciló, cosa que aproveché y puse a mi favor.
Ahora yo tenía la varita en mis manos, sujeté a la mujer y presioné su espalda contra mi cuerpo.

-No vine voluntariamente, pero creo que no sería mala idea causar caos aquí...- susurré cerca de su oído.

Si creía que eso la pondría nerviosa me equivoqué, en todo caso podía sentir su sonrisa a través del velo.
En menos de un segundo estábamos cayendo del cielo.

-¿¡Que carajos!?-

La solté dispuesto a transformarme en ave, sorprendiéndome que al momento de intentarlo, no pude. ___ tenía en su poder la varita de nuevo, ella me petrificó.

Miré con horror como nos acercábamos al suelo.
¿Ella planeaba asesinarnos? ¿Era la venganza por lanzar a mi hermano de la nave y a Stark del edificio?

Cerré los ojos esperando el impacto, impacto que no llegó.
Al abrir mis párpados me fijé en que estábamos a escasos centímetros del césped, congelados en el aire.
A los pocos segundos me di de cara contra el suelo mientras ella caía de pie.

-Totalmente merecido- murmuró ella -Es tu día de suerte, Loki, aun no vas a morir-

Esto es una pesadilla.

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Princess of shadows. (Loki × reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora